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Reseña sobre el XI Coloquio de Musicología en Casa de las Américas, La Habana, 2 al 6 de marzo de 2020

Cuando la academia baila al son de la música

por Lic. Mariana Signorelli

 

En aquellos días, cuando la peste no nos tenía al acecho, vivimo un intenso y sustancioso encuentro académico en el corazón del Caribe. Si a eso le sumamos que fue mi primera vez en la isla de Cuba y en la ciudad de La Habana, espero que los lectores sepan entender que las palabras de este relato estarán colmadas de aquel suculento impacto. Aunque no me detendré en las múltiples imágenes subjetivas que la ciudad me ha aportado (lo que podríamos seguramente charlar personalmente cuando pase la cuarentena), intentaré transmitir algunas de interés musicológico para que resulte un relato acorde al objetivo de esta reseña.

Aquella mañana cálida del lunes dos de marzo caminé unas quince cuadras por el barrio Vedado hasta el famoso Malecón y casi frente a él me encontré con el edificio de la emblemática Casa de las Américas. Espacio de cultura, de arte, de teatro y de música, donde sentirse como en casa es fácil no solo por la cordialidad y afectuosidad de las personas que allí reciben a sus visitantes sino también por los coloridos espacios colmados de historia, arte y el sin igual olor a café.

El comienzo transcurrió como en todos los congresos: la recepción, acreditación, primeros intercambios informales y el posterior llamamiento a ingresar a la sala Che Guevara para dar inicio e inaugurar el encuentro. Toda la semana, la anfitriona del evento María Elena Vinueza y varias musicólogas colaboradoras estuvieron pendientes de todos los detalles técnicos y organizativos.

Se presentaron a los integrantes del Jurado del Premio de Musicología 2020 quienes tuvieron la tarea de leer y valorar más de una decena de libros llegados de varios países del continente: Berenice Corti (Argentina), Claudia Fallarero Valdivia (Cuba), Oscar Hernández Salgar (Colombia), Jesús Gómez Cairo (Cuba) y Alejandro Vera (Chile), quien fuera el premiado de la edición anterior. A lo largo de esos días cada uno de ellos dio una conferencia sobre su tema de investigación. Además se comentó que en esta oportunidad se conmemoraba el cuadragésimo aniversario de dicho premio y el onceavo del Coloquio Internacional.

En esta ocasión los homenajes fueron dedicados a dos musicólogas. Una de ellas, musicóloga cubana referente que celebra sus cien años y que ha delineado caminos para quienes transitan esta área de investigación en la isla caribeña: María Teresa Linares. Dedicada toda su vida a la docencia, a la producción musical y a la investigación musicológica, con valiosos aportes en relación al folklore cubano, los cruces musicales entre España y Cuba, la música popular cubana y “el punto cubano” y sus particularidades en cada zona del país. Sin duda Teresa ha tenido una fructífera carrera y ha cosechado amorosos vínculos entre quienes la agasajaron en esta edición ya que siempre las referencias que le prodigaron han sido emotivas y afectuosas. Por razones de salud ella no estuvo presente. Por otro lado, Rosa Elena Vázquez, musicóloga, compositora, cantante y escritora peruana, ganadora del Primer Premio de Musicología de esta Casa en 1979, varias veces jurado, conferencista y partícipe de los Coloquios Internacionales. Se destacó especialmente su compromiso social y su infatigable lucha por la memoria y expresiones de los pueblos latinoamericanos.

La conferencia inaugural titulada “La circulación de la música española en el Perú del siglo XVII: un cargamento con música enviado a Lima en 1689” estuvo a cargo de Alejandro Vera, que no solo comentó los resultados de su trabajo sino también relató “la cocina”, es decir, los entretelones de su encuentro con el objeto de estudio en los archivos de la Catedral Metropolitana de Perú, los cruces teórico-metodológicos que decidió utilizar para el análisis, anécdotas de su trabajo, imágenes sonoras con las que nos transportó al siglo XVII y cómo se habían sorteado ciertos inconvenientes de intercambios de músicas e instrumentos en aquella época.

A continuación, nos trasladamos a la biblioteca a visitar la exposición “Musicología en la Casa” y realizamos una ronda de presentaciones personales entre los expositores de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, España, EEUU, México, Perú, Puerto Rico, Venezuela y Cuba.

Respecto a las demás conferencias, me centraré en la de la colega de nuestra asociación Berenice Corti, “Paul Wyer y las matrices afroatlánticas del jazz creol”, brindada el miércoles 4 por la mañana. Esta presentación sigue en la línea de los estudios que la musicóloga argentina transita desde hace algunos años sobre la música de jazz, las hibridaciones culturales, los sujetos afrodiaspóricos, las experiencias, intercambios y producciones musicales jazzísticas. En esta oportunidad, presentó la figura de Paul Wyer y su incursión en la escena de Buenos Aires en los años veinte, especialmente en la Boite Africa. Destaca en Wyer su modo de hacer música que se asocia a su creolidad: la dimensión performática repercute en la sonoridad como una especie de contracultura de la modernidad.

Las mesas temáticas estuvieron organizadas en torno a las siguientes perspectivas teórico-metodológicas: Teoría y crítica de la historiografía musical latinoamericana, enfoques actuales para la investigación musicológica de archivos y colecciones de música, nuevos paradigmas metodológicos basados en técnicas y formatos digitales, música y discursos contemporáneos y musicología, formación musical y gestión del conocimiento. Compartí mi ponencia “Resonancias del Martín Fierro a través de la palabra y la voz en el ballet Estancia Op. 8 de Alberto Ginastera” en la mesa de Teoría y crítica de la historiografía musical latinoamericana del día jueves 5 junto a los trabajos de Inmaculada Matía Polo sobre Pastora Imperio y Encarnación López, dos bailarinas y coreógrafas españolas que realizaron intervenciones artísticas en Uruguay, y Marisol Quevedo que presentó su ponencia sobre el Festival de música interamericano estimulado por la OEA y la relación política de quienes participaron en él en pleno contexto de la Guerra Fría. De las demás mesas por las que transité en esos días he podido registrar que las preocupaciones centrales que ocupan a los estudios musicológicos de la región circulan por los cruces entre música y política, los estudios sobre la conservación de música en archivos, la influencia de las nuevas tecnologías en el consumo musical, las metodologías de enseñanza de la música, las instituciones de formación musical y las producciones musicales latinoamericanas en relación a los entramados sociales. Sobrevuelan en las discusiones conceptos de identidad, memoria, historia, análisis musical, géneros musicales, estética y se han realizado sustanciosos aportes musicológicos sobre algunos creadores musicales poco estudiados hasta el momento.

Ha sido muy llamativa la presencia de estudiantes de conservatorios que han copado la sala en varias oportunidades y han realizado interesantes preguntas que favoreció el intercambio intergeneracional de saberes e inquietudes. Además, se pudo observar una mayoritaria participación de musicólogas mujeres aún cuando las cuestiones de género no han revestido evidente presencia en el encuentro.

 

Las jornadas también nos encontraron entre presentaciones de publicaciones como libros de Ediciones Cidmuc; del Sincopado habanero, vol IV, 2019; del Boletín Musical nº53; del libro María Teres Linares. Textos para la escucha; y de El dulce reato de la música. La vida musical en Santiago de Chile durante el período colonial de Alejandro Vera (Premio Musicología 2018) y documentales que fuimos a ver a la sala de cine de Fábrica de Arte Cubano. La Fábrica es un espacio cultural donde se reúnen las más novedosas expresiones artísticas de la vanguardia del arte cubano. Hay salas de concierto, salones para tomar clases de hip hop o improvisación, espacios de exposición de artes visuales y bares con terracitas para el esparcimiento. Allí nos congregamos para ver un concierto de música contemporánea francesa y cubana de los siglos XX y XXI interpretada por Luna Tinoco y Carolina Baños con proyecciones visuales a cargo de Raúl Morejón.

Entre los conciertos que fueron programados para disfrutar esos días se destacaron el de la apertura que presentó la Orquesta de Cámara Música Eterna, dirigida por Guido López-Gavilan y el de cierre por Pupy y los que son son. Estos últimos nos impulsaron a correr las sillas de la Sala Guevara y nos invitaron a bailar ritmos caribeños, resultando una verdadera fiesta de cierre de las intensas jornadas transcurridas.

El anuncio del Premio de Musicología 2020 colmó de aplausos la sala: Marita Fornaro y su obra Más allá del humor: articulación de lenguajes artísticos y procedimientos retóricos en la murga hispanouruguaya, resultó la obra premiada. Sobre ella el colombiano Óscar Hernández Salgar en nombre del jurado destacó que: «aporta un corpus de ideas y datos sin precedentes sobre un género importante de la cultura popular latinoamericana. Estos datos son de tipo etnográfico, iconográfico y archivístico entre otros, ya que incluyen fotografías, testimonios orales y documentos de archivo» y además dijo que su libro «tiene la virtud de incorporar diversos enfoques, tematizar aspectos escasamente abordados en obras anteriores sobre el mismo género y estar muy bien escrito».

El marco de aquellos días no pudo ser más sorprendente: La Habana me colmó de imágenes. Visité algunos museos y monumentos revolucionarios, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, la fortaleza, anduve en los coco-taxis, vi al malecón embravecido al estilo de una sudestada porteña, comí arroz moro, tomé mojitos, escuché a la maravillosa Haydée Milanés (hija de Pablo) en un subterráneo bar de jazz, caminé mucho por las callecitas de la Habana Vieja, admiré los coloridos autos descapotables de los años ´50, anduve por la avenida del Prado, hojeé libros y saqué miles de fotografías. Sin dudas, una experiencia de musicología, música, imágenes, sonidos, sabores y colores inolvidable.

Fugaz visión sobre la Séptima Edición de “Músicos en Congreso”

Silvina Luz Mansilla

 

Una vez más, con el entorno de la fragante primavera santafesina, tuvo lugar el encuentro ya habitual de músicos, docentes e investigadores, que transcurre en los años impares en el Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral. Preludiando la efectiva llegada de la nueva estación, entre el 18 y el 20 de septiembre de 2019, se dieron cita un público numeroso integrado principalmente por estudiantes de música, y una serie de intérpretes, pedagogos, compositores y musicólogos que sumaron debates, propuestas, talleres y disertaciones sobre la canción. “Será que la canción llegó hasta el sol” fue el título para la presentación de miradas, escuchas y reflexiones acerca de uno de los géneros artísticos más efectivos que, por reunir poesía y música, comprende de por sí una problemática atractiva, factible de múltiples perspectivas teóricas y metodológicas.

 

Nuestra reseña tiene la visión transversal del recorrido elegido, en función de posibilidades reales de participación e intereses personales, y también por causa de la multiplicidad de actividades en simultáneo, que atendieron a los diversos intereses de los participantes.

 

Una conferencia inaugural a cargo de una personalidad procedente del Centro Nacional de Documentación Musical “Lauro Ayestarán”, de Uruguay, Rubén Olivera, nos llevó por un repaso conceptual acerca de categorías claves como la identidad, la sinceridad artística, la creación. La presentación cubrió primero un aspecto informativo sobre la actividad actual y reciente del CNDM, matizada con ideas todavía algo provocadoras de Carlos Vega y Lauro Ayestarán, para luego pasar a una serie de reflexiones acerca de la world music, el concepto de espacio sonoro y el tema de la autenticidad en la música. Por no disponerse de un espacio para debate ni preguntas, quedaron flotando hilos conductores, derivaciones, posibles conjeturas y hasta quizá objeciones, que fueron factibles de ser retomados en otras sesiones.

 

La participación en el evento fue mayoritariamente juvenil, con un ambiente sumamente cordial y relajado que dio lugar a una interacción activa. Muy motivantes fueron las sesiones con trabajos etnomusicológicos, como los de Rosario Haddad y Soledad Venegas por un lado, y Norberto Demonte por el otro. También, resultaron muy atractivas las aproximaciones históricas a la canción escolar de tradición escrita, como la propuesta por Luisina García sobre el repertorio producido por Julián Aguirre, y la de Eugenia Amantía y Carla Díaz, quienes intentaron realizar una periodización desde fines del siglo XIX hasta fines de la década peronista basándose en una consistente documentación. A su vez, fue una verdadera ‘revelación’ la participación del muy novel investigador Marcelo Gastaldi, quien problematizó el modo de expresión musical de Carlos Aguirre y su trabajo sobre la propia intimidad, la matriz afectiva, para producir sus canciones. En el campo de la pedagogía, el problema de la canción y su utilización en la enseñanza general tuvo también un momento de profunda reflexión en los planteos de Pablo Lang, quien ha dedicado una tesis doctoral al asunto de la transmisión de la música en la escuela. En línea con la música de inspiración regional, dos trabajos versaron sobre la canción litoraleña: el primero, de Angélica Adorni, abordó las temáticas románticas en el repertorio popular de los años 60; el segundo, de Hector Gimenez, retomó el aporte de Carlos Guastavino a la canción del Litoral, visto desde una polémica hemerográfica ocurrida en la misma época tratada por Adorni.

 

Del coloquio organizado por la Asociación Argentina de Musicología, que tuvo lugar en el día central de este congreso, acaparó nuestra atención la presentación de Lautaro Díaz Geromet, quien aportó una revisión historiográfica sobre la historia del rock nacional, desmontando la construcción de una serie de mitos a lo largo del tiempo, que en cierta medida siguen instalados en la creencia común. Su interpelador, Julián Delgado, acertó en pedidos de ampliación y en un análisis crítico del aporte, que redundó en la profundidad de la nueva perspectiva sobre el tema. Pudimos escuchar, asimismo, la disertación de Hernán Gabriel Vázquez sobre identidades y música, quien fue interpelado por Martín Liut con ajustados comentarios. Su trabajo exploró una serie de ideas cristalizadas presentes en los discursos sobre la creación musical de algunos compositores argentinos, de distintas épocas. Instalada en la sociología y el análisis discursivo, se trató de una contribución que intentó ser un llamado a la reflexión sobre la necesidad historiográfica de considerar los aspectos económicos y su incidencia, a la hora de analizar las variables que intervienen en procesos de circulación y mediación de los distintos repertorios.

Una camaradería especial se produce en estos encuentros, con sus pausas de descanso acompañadas por músicas instrumentales y vocales en vivo. Allí pudimos escuchar desde un coro a cappella integrado por adolescentes de una escuela artística santafesina que entonó la comprometida canción de César Isella Fuego en Animaná (mencionada justamente en una sesión anterior en la que se habló de censuras y autocensuras), hasta conjuntos de estudiantes del Instituto Superior de Música. La bienvenida, en la apertura, estuvo a cargo de profesores y graduados del ISM, que nos llevaron por distintos repertorios vocales, algunos de clara inspiración regional. Las autoridades, docentes implicados en la comisión organizadora y personal anfitrión, como siempre, destacaron por su trabajo mancomunado y una organización horizontal, cooperativa, que resulta muy inspiradora y de gran aprendizaje para quienes transitan sus estudios de grado en esa casa de estudios.

 

Una ola en la marea feminista: estudios sobre música y sonido en las Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres

Por Romina Dezillio

Ciudad de Buenos Aires, 2 de agosto de 2019

 

 

Ni tímidos, ni livianos, ni modestos; intensos, firmes y promisorios se presentaron nueve trabajos que abordan la música con lentes de género. La nuestra fue la mesa N° 39: “Escuchar las diferencias: género, cuerpo, música y sonido en el arte”, una de las 96 que hicieron estas jornadas. Nosotras, nueve de muchas, muchos, muches, cuyas voces agitaron las paredes de las facultades del campus de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

 

Lo vivimos con mucha alegría y así quiero compartirlo hoy, el día después. Mi pensamiento toma siempre el camino de la historia, de modo que no puedo evitar la lógica del racconto… Todo comenzó el invierno pasado y la primera en imaginarlo fue Julia Kratje. Su propuesta encontró asidero inmediatamente en mi horizonte; en él se dibujaban pocos perfiles porque apenitas me había reincorporado a la actividad luego de cinco meses de licencia por maternidad. Modelado aquel presente por un registro alucinado de brazos, abrazos y noches sin dormir, dije que sí sin dudarlo. Con Julia pensamos juntas, intercambiamos, decidimos y esperamos que prosperara la ilusión de un espacio para la música en estas jornadas.

 

Una vez generado el espacio, el proyecto se concretó con los aportes de colegas que extendieron los límites de nuestro territorio a los países vecinos de Chile, Brasil y Uruguay. No puedo soslayar algunas de las experiencias previas por la que esta mesa se vio favorecida. Primero fue el III Coloquio de Ibermúsicas sobre investigación musical “Música y mujer en Iberoamérica: haciendo música desde la condición de género”, que tuvo lugar en agosto de 2017 en Santiago de Chile. De aquel encuentro en que once países fueron representados por mujeres investigadoras y artistas surgieron los lazos que esta vez trajeron a Lorena Valdebenito Carrasco de Chile; y de Brasil a Eliana Monteiro Da Silva. Un momento posterior lo constituyó la XXIII Conferencia de la AAM y XIX Jornadas Argentinas de Musicología del INM “Carlos Vega”, reencuentro que dio lugar a una red de intercambios impulsados por Silvia Lobato que se consolidaron en torno al Tercer Congreso Chileno de Estudios en Música Popular “Género y sexualidad en  música popular: prácticas, articulaciones, disputas”, realizado en enero de 2019 en Santiago de Chile.

 

Con alguna de estas participaciones previas y otras afortunadas incorporaciones nuevas se armó esta mesa temática, nutrida de cruces e intercambios. Cuatro trabajos presentaron mujeres con importantes actuaciones en escenarios diversos del quehacer musical latinoamericano: Eliana Monteiro da Silva (Escola de Comunicações e Artes da USP) revisó el trabajo como intérprete de la pianista argentina residente en Brasil, Beatriz Balzi (1936-2001), centrándose en la serie de Cds Compositores Latinoamericanos (1984-2001). Por haber sido su discípula, Eliana ofreció testimonios de primera mano sobre la relación que Balzi entabló con los y las compositores/as interpretados en la serie con el propósito de alcanzar “la mejor interpretación” de cada obra. Centrada en la figura de Sara González, Lorena Valdebenito Carrasco (Universidad Alberto Hurtado, Santiago de Chile) aportó su estudio sobre la construcción de lo femenino en la Nueva Trova Cubana. La creación musical femenina de Pascuala Ilabaca y Fauna fue objeto de la presentación de Paloma Martín Vidal (Universidad de Chile). Natalia Guigou Rodriguez (UNA/UBA/Ministerio de Cultura y Ministerio de Educación) y Federico Guigou Rodriguez introdujeron a Antoinette Paula Pepin Fitzpatrick, conocida, a través de su seudónimo Pablo del Cerro, como co-creadora junto a Atahualpa Yupanqui de algunos de los íconos más populares del repertorio folclórico del país.

 

Géneros musicales y sus sentidos asociados al género tuvieron su análisis e interpretación en los trabajos de Mariana Signorelli (UBA): “Malambo, máscaras mágicas y limitaciones genéricas de género”;  Adriana Cerletti (UBA/UNA): “La virilidad de la cifra y la sensualidad de la milonga: retóricas de nacionalismo musical en clave de género”; y Romina Dezillio  (INMCV/ Damus-UNA): “‘No se nace cancionista, se llega a serlo’. Estudio sobre el proceso de surgimiento y consolidación de las cancionistas de tango”.

 

El trabajo de Julia Kratje (CONICET/UNA/ IIEGE/UBA) se centró en un estudio de lo sonoro en el film Malambo, el hombre bueno, de Santiago Losa para analizar “Coreografías, paisajes, silencios: resonancias y confines de la masculinidad en el cine argentino”. Silvia Lobato (UNQ/UNCUYO), a través del estudio de prensa periódica, profundizó en la “Música de conciertos, crítica musical y género en La Mujer. Revista Argentina para el hogar (1935-1943)”.

 

Estos y otros temas trascendieron las paredes de las aulas, como pasa siempre; pero como pocas veces: tuvieron protagonismo. Seguramente, cada participante tendrá su versión de este encuentro y solo la suma de las voces puede completar el relato. Porque esta mesa N° 39 en las XIV Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres: la hicimos entre todas.

La musicología, Santiago de Chile y sus congresos de verano

Por Mariana Signorelli

 

El Tercer Congreso Chileno de Estudios en Música Popular estuvo organizado por la Asociación Chilena de Estudios en Música Popular (ASEMPCh) y tuvo lugar entre el 9 y el 11 de enero de 2019 en el Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile. En este caso, el tema propuesto fue “Género y sexualidad en  música popular: prácticas, articulaciones, disputas”.

 

La ASEMPCh fue fundada en Valparaíso en el año 2010 y está conformada por investigadores de diversas disciplinas de las humanidades, las artes y las ciencias sociales. El foco de la misma está centrado en los estudios de la música popular con el objetivo de difundir su conocimiento y su reflexión sobre los atravesamientos sociales, estéticos, políticos, artísticos, económicos, tecnológicos y pedagógicos tanto del presente como del pasado que las prácticas musicales y sus experiencias movilizan.

 

El comité académico estuvo integrado por Patricia Diaz, Silvia Lamadrid, Alex Zapata, Rodrigo Pincheira y Javier Osorio, y la coordinación general estuvo a cargo de Juan Pablo González.

 

En este tercer congreso la propuesta convocante abarcó diversos interrogantes y principalmente permitió vincular cuestiones de género con las músicas: “Buscamos escrutinios críticos que evidencien articulaciones entre sonidos y palabras musicalizadas con identidades de género. Nos interesa reflexionar y dar cuenta sobre expresiones musicales que desmonten imaginarios de dominación masculina-hetero-normativa o que estén en la línea (de) constructiva de géneros, sexismo y liberación sexo-identitaria. Nos interesa entender a la música popular como canal de disputa en los temas de género.”[1]

 

Luego de las cálidas palabras de bienvenida a cargo de Patricia Diaz Inostroza, Sebastián Kaufmann y del anfitrión Juan Pablo González, le siguió la conferencia inaugural a cargo del musicólogo español Julio Arce, cuya presentación fue titulada “Los besos exagerados y goces interrumpidos. Músicas para un cine reprimido”. Arce indagó sobre la relación entre la música y los sonidos en el cine en torno a la representación de la sexualidad especialmente en películas clásicas hollywoodenses de los años cuarenta y cincuenta, películas donde el sexo está sublimado, reprimido o dulcificado. Su más que interesante propuesta movilizó e impactó a las personas presentes positivamente, ya que significó el comienzo de un congreso que apuntaba a transitar, sacudir y revisar constructos y estereotipos de género y sexualidad en relación a los fenómenos musicales populares.

 

Durante los tres intensos días que duró el congreso hubo siete mesas plenarias y seis que se organizaron simultáneamente de a pares, dando un total de cuarenta y ocho exposiciones sumamente diversas y aglutinadas en los siguientes ejes temáticos:

  • Política y disidencia sexual.
  • Políticas de género (música y acción política).
  • Prensa, crítica y género.
  • Masculinidades y violencia.
  • Mujeres en la música popular.
  • Género musical y género social.
  • Performance, música y género.
  • Afecto y género.
  • Sexualidad y género.
  • Músicas tradicionales y género.
  • La voz, género y sexualidad.
  • Identidades y performance LGBT+ en música popular.

Si bien el congreso tuvo predominio de investigadores e investigadoras del país anfitrión, también se acercaron a participar otros/as provenientes de nuestro país, Perú, Brasil, España, Venezuela, Ecuador y México. Esta reseña estará centrada en la comitiva argentina que se hizo presente en el congreso, la mayoría de ellas, socias de la Asociación Argentina de Musicología, integrada por Mercedes Liska, Silvia Lobato, María de los Ángeles Montes, Angélica Adorni, Natalia Díaz, Mariana Signorelli, Marina Carrillo y Adriana Cerletti. Los trabajos que abordaron pusieron en evidencia cómo las cuestiones de género y sexualidad atraviesan los más variados objetos de estudio musicales y a partir de perspectivas también diversas como la musicología, la sociología del discurso, la semiología, entre otras.

 

Mercedes Liska participó de la primera mesa de la mañana titulada “Política y disidencia sexual” conjuntamente con Daniel Party, Aníbal Fuentealba y Adalberto Paranhos, presentando un trabajo sobre canciones que visibilizaron el lesbianismo en Argentina. Mercedes centralizó su reflexión en “Puerto Pollensa” (1980) de Marilina Ross y “María José (2013) de Paz Ferreyra/Miss Bolivia como dos ejemplos paradigmáticos y representativos de  la relación entre las carreras artístico-musicales y la propia sexualidad de las artistas, y cómo esto determinó su inserción al campo.

 

La mesa de la tarde se convocó luego del café alrededor del tema “Prensa, crítica y género”, y en ella, la colega Silvia Lobato compartió su trabajo “Mujeres músicas en La Mujer. Revista Argentina para el hogar (1935-1943)”. Sus reflexiones invitaron a pensar la relación entre las representaciones femeninas, las imágenes, la visibilización de las mujeres y los imaginarios socioculturales acerca de las intérpretes musicales específicamente en esos años qué tanto se ajustan, sugieren, sostienen, impulsan mandatos sociales  (maternidad, matrimonio, profesionalismo) y estereotipos de género. Silvia enmarcó su análisis en la crítica musicológica feminista desarrollada principalmente por Mc Clary, Citron y Ramos López para formular problemas que trascienden a los casos particulares, movilizando los estudios de género en general.

 

En la mesa paralela de la tarde “Masculinidades y violencia”, María de los Ángeles Montes presentó su ponencia “Masculinidades, pasión y violencia en las letras del cuarteto cordobés”. María de los Ángeles analizó cómo a través de las letras y de sus interpretaciones en vivo, los cantantes de cuarteto, en su mayoría enunciadores varones, contribuyen a exaltar y reforzar modelos de masculinidad donde las pasiones y la violencia se hallan normalizadas. En los bailes de la ciudad de Córdoba más de diez mil jóvenes se dan cita en este ritual de fuerte arraigo heteronormativo. En los casos que ella analiza -Chébere y La Mona Giménez-  el varón no es un varón que oculta las emociones sino todo lo contrario: padece sus sentimientos, es un apasionado exaltado y se comporta de forma violenta.

 

El día jueves a media mañana participaron en la mesa “Género musical y género social” coordinada por Adriana Cerletti, tres investigadoras argentinas: Angélica Adorni, Natalia Díaz y Mariana Signorelli. Angélica presentó un trabajo muy interesante titulado “En el baile de sirvientas hay un hada bienhechora: Ramona Galarza y sus discos de chamamé en Argentina (1958-1969)”. Focalizó su trabajo en las imágenes y diseño de las portadas de los discos de la cantante correntina y cómo dichas representaciones visuales colaboraron con lo que llama un mecanismo de “adecentamiento” de la intérprete y del género chamamé en general, ya que éste era asociado a la clase humilde y a un ámbito de desorden y promiscuidad. Angélica realizó un análisis interdisciplinar e intertextual que permite desentrañar la trama cultural y social en la que los modelos de mujer y los roles determinados como hija, madre o esposa eran impulsados por la industria musical.

 

Natalia Díaz se propuso la no sencilla tarea de analizar la relación entre “ser nacional”, masculinidad y heteronorma, entrecruzando nociones de la sociología del discurso, las teorías de la performance y su propio trabajo de campo en peñas cordobesas. Para este trabajo se enfocó en la danza folclórica zamba para ejemplificar lo que acontece en todas las danzas folclóricas argentinas: modos legítimos de usar el cuerpo, textos y sentimientos heteronormados. Ella señaló en su exposición que el ser nacional manifestado a través del folclore en sus canciones y danzas “no ofrece guiones para las subjetividades gays o lesbianas”. Por tanto, esos cuerpos son rechazados y no forman parte de la tradición nacional, de ahí el título de su trabajo “Bailar con otro tipo como que no da”, haciendo alusión a un comentario recogido en una peña donde se menciona que dos amigos varones no pueden -ni deben- bailar zamba juntos.

 

Mariana Signorelli inició su ponencia preguntándose si en la danza argentina malambo  hay elementos musicales, expresivos o simbólicos que la determinen como una práctica exclusiva de los varones. Esta danza fue canonizada como estereotipo masculino y nacional pero sin embargo, Carlos Vega ha registrado mujeres zapateando malambo. Hay en el trabajo presentado un análisis de la trayectoria retórica del género hacia el caso del Malambo del ballet Estancia de Alberto Ginastera, entrecruzando nociones de la perspectiva representacional de Marin y Chartier y de la musicología feminista crítica de Mc Clary y Citron, que permiten pensar las imágenes y transfiguraciones de esta danza en torno a olvidos, ausencias, exclusiones de las mujeres en este género.

 

Luego del almuerzo, en la segunda mesa sobre las “Mujeres en la música popular” presentaron sus trabajos Marina Carrillo y Adriana Cerletti. Marina expuso su  ponencia “Carmen Guzmán y la canción sin palabras. Un análisis intertextual y de género en la obra para guitarra de la compositora.” En ella propuso un acercamiento a la obra de esta compositora mendocina que no está lo suficientemente difundida ni estudiada. En este trabajo además de acercarnos a revalorizar la obra de Guzmán, mayoritariamente integrada por canciones, analizó su complejidad compositiva que deambula entre músicas populares y académicas y las dificultades técnicas para interpretarla. Marina nos aportó sustanciosos cruces teóricos de aproximación a la temática de género.

 

“Lo femenino y lo masculino en las milongas rioplatenses de 1910: estereotipos y disputas” fue el trabajo presentado por Adriana Cerletti. Adriana se focalizó en las músicas populares cifra y milonga y se propuso pensar los roles femenino-masculino en el género milonga y en la performance payada siguiendo los planteos de Mc Clary en el contexto del imaginario de Estado-Nación argentino. Así, puso en evidencia una tensión: la cifra que precedió a la payada como forma de acompañamiento es considerada “viril por naturaleza” por varios autores, entonces en contraposición, la milonga sería ¿lo femenino? El dilema queda explicitado por Adriana: La representación y asociación de la milonga con lo sensualmente femenino parece no poder explicarse en el contexto heteropatriarcal y los ideales de masculinidad que se proyectan en estas músicas.

 

La conferencia performativa de cierre “Acciones y reflexiones en relación a la voz femenina desde la propia práctica sonora” propuesta por Ana María Estrada nos interpeló y conmovió fuertemente. La artista chilena que actualmente reside en Barcelona presentó una obra performática que incluyó canto, movimientos, relatos al oído y finalmente la explicación de su tesis y su trabajo de campo en Europa. Ella centra su quehacer artístico en la realización de acciones donde conjuga la exploración sonora de la voz, las maneras de decir, contar, narrar, transmitir las palabras en tanto signos culturales, corporales y fenómenos sonoros y vincula dichas prácticas con las teorías feministas –Butler, Lagarde-. En el caso de la performance vivenciada, varias performers colaboradoras transitaron el espacio del público y se acercaron a los oídos a susurrar casos reales de violencia de género y de femicidios mientras Ana María cantaba. Luego de largo rato y de haber escuchado un par de casos, fue imposible permanecer inmunes, algo empezó a pasarnos: el susurro nos penetró en la piel, las palabras nos afectaron corporalmente y nos invadió una fuerte sensación colectiva de sororidad.

 

Además de la excelente recepción de todos los colaboradores y organizadores del congreso y de la universidad es para destacar especialmente la disposición de Patricia Díaz Inostroza (Presidenta de ASEMPCh), Juan Pablo González, Lorena Valdebenito, Paloma Martin, entre tantos otros colegas chilenos que atendieron a que todas las personas que nos acercamos y asistimos a este congreso nos sintiésemos realmente cómodas y bien. Los cálidos y amenos recreos, los almuerzos en el comedor de la universidad y las propuestas musicales nocturnas permitieron conocernos y estrechar lazos; y la cena final en aquella terracita santiaguina compartida con colegas sirvió de cierre a un congreso que quedará en la memoria por los sustanciosos intercambios académicos, la confraternidad y la sororidad entre los musicólogos y las musicólogas que participamos.

 

[1] Programa del Congreso pp.3.

IV Jornadas de Comunicación de Proyectos de Investigación y Creación del Gabinete de Estudios Musicales

Por Nadia Pamela Vera, María Soledad Vega y Ana Cristina Pontoriero

 

En su vigésimo quinto aniversario, el Gabinete de Estudios Musicales (GEM) del Departamento de Música de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (FFHA) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), continúa generando espacios académicos para reflexionar, difundir y promover la investigación. Se trata de las IV Jornadas de Comunicación de Proyectos de Investigación y Creación del Gabinete de Estudios Musicales (GEM), que se realizaron los días 21, 22 y 23 de mayo del presente año en la Provincia de San Juan.

 

Las instalaciones de la Facultad y del Auditorio “Juan Victoria” fueron propicias para contener las diversas actividades desarrolladas en las modalidades de flash talk, ponencia, interludio musical, mesa redonda, conferencia y un concierto en donde se ejecutaron obras pertenecientes a distintos proyectos.

 

Estas fueron el punto de encuentro de equipos de trabajo con proyectos acreditados y subsidiados por la Universidad, investigadores independientes, y alumnos avanzados y graduados de San Juan, Mendoza, Córdoba y Buenos Aires quienes presentaron tesis de grado y posgrado.

 

En adhesión al Centenario de la Reforma Universitaria de 1918, se puso el foco en los paradigmas de base y, sobre todo, en la situación que atraviesan la investigación y creación artística en el marco de una universidad nacional, estatal, laica y gratuita, acorde con los postulados de la Reforma mencionada y sus proyecciones socio-culturales actuales.

 

En este marco, la Secretaria de Posgrado de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, Dra. Clarisa E. Pedrotti, llevó a cabo la conferencia de apertura donde fundamentó el concepto de investigación artística en el contexto actual de la educación superior latinoamericana. Dicha conferencia propició el diálogo con los investigadores presentes, quienes en concordancia con la defensa de la investigación y creación en música en la universidad nacional, acordaron en forma unánime la transformación definitiva del Gabinete en Instituto de Estudios Musicales en San Juan (proyecto aprobado desde el año 2011 por el Consejo Directivo de la Facultad, pero no realizado), como acción concreta de los ideales que estimuló la Reforma en cuestión. Inquietud retomada, al día siguiente, en la mesa temática.

 

Continuó un breve interludio musical a cargo de la Eliana Domínguez en canto y la Mag. Flavia Carrascosa en piano, quienes interpretaron obras del álbum Mujeres Argentinas del compositor Ariel Ramírez.

 

La sesión de ponencias contó con la presencia del Dr. Ernesto Accolti -investigador de CONICET- y parte del claustro docente de la Facultad de Ingeniería y Departamento de Música quien presentó los avances de su proyecto Respuesta dinámica de salas para música no amplificada. Fue seguido por la Dra. Silvina L. Mansilla y su estudio referido a Rosas orientales, obra de Julián Aguirre compuesta ca. 1920 sobre el poema El confitero de Leopoldo Lugones (1874-1938), trabajo que está contenido en una investigación de mayor alcance acerca de la canción de cámara argentina con textos de dicho autor.

 

La presentación del Mag. Guillermo Luppi suscitó gran interés en la audiencia, por proponer el estudio del “Tango joven” ca. 1998-2018 desde los postulados teóricos de laInterpretación Históricamente Informada (HIP)”. Esto sucedió también, con el proyecto Estructuras sonoras en el tiempo. La comprensión de la forma musical, presentados por la Mag. Gabriela Ortega, Prof. Adriana Fernández y Prof. María Inés Graffigna, quienes comentaron sobre la creación de un dispositivo multimedial utilizado en sesiones experimentales con sujetos de 12 y 14 años sin formación musical formal y su incidencia en la comprensión de la forma musical a partir de la audición.

 

El primer día concluyó con la sesión de flash talk (ponencias de divulgación rápida de investigaciones finalizadas y/o en curso), donde se expusieron dos proyectos en su etapa inicial. La Prof. Ana C. Pontoriero se refirió a su proyecto de tesis doctoral becado por CONICET/UNSJ y dirigido por la Dra. F. G. Musri, sobre la reconstrucción histórica de los aportes de Juan Argentino Petracchini a la actividad coral en la provincia de San Juan desde 1954 hasta inicios del siglo XXI. Por otro lado, la Lic. Carina Silva, junto a la Prof. Fernanda Figueroa y A. C. Pontoriero propusieron profundizar en una educación emocional en el trayecto de formación docente del Profesorado Universitario en Música, en pos de una educación integral del docente músico.

 

La segunda jornada, en el Aula Magna de la Facultad, inició con una sesión de flash talk, a cargo de la F. Carrascosa, quien presentó su trabajo Análisis de la música infantil de la compositora Elsa Calcagno y su inclusión en el repertorio de la asignatura Piano Complementario. Se destaca el papel de la mujer-compositora y la inclusión de su música a los programas de conciertos. Este trabajo promete ser un rico aporte al repertorio abordado en las asignaturas musicales del Departamento de Música de la FFHA y, en definitiva, a la deuda que tiene la historia con la música de grandes compositoras, muchas veces marginadas u olvidadas.

 

Continuando con el desarrollo de la sesión, las Mag. Patricia Blanco y Mónica Lucero, presentaron su trabajo Interpretaciones performativas expresivas del discurso musical. Estudio en la música folclórica de San Juan. Describieron la metodología desarrollada en este trabajo, sus objetivos y las experiencias analizadas en torno a él, las expositoras dejaron entrever su profundo interés en un área fundamental de la formación de los músicos-docentes: el abordaje de las músicas populares desde un enfoque folklórico cuyano en el ámbito académico.

 

El punto central de la jornada acaeció sobre la conferencia del Dr. Diego Madoery, de la UNLP, Charly García y la máquina de hacer música, un interesante recorrido por la música del canta-autor argentino, abordado desde su contexto histórico, el estilo, el análisis musical de las composiciones y la propia subjetividad de quien se ha convertido en un referente primordial del rock en Argentina. Este momento culminó con un interludio musical a cargo de Abel Herrera en piano y Oleksandr Zuzuk en violín, quienes interpretaron obras de Charly García. Seguidamente, la Mag. Alejandra García Trabucco y la Prof. Yanet Gericó, presentaron el trabajo La performance musical y sus tres momentos constitutivos, desde el punto de vista de los intérpretes. Brindaron una reflexión en torno al análisis de algunos de los momentos más significativos en la vida de los músicos intérpretes: la performance musical entendida como un proceso que abarca desde la preparación del repertorio, la puesta en escena y la vivencia posterior a la exposición y su carácter cíclico.

 

Por la tarde del segundo día, se llevó a cabo la mesa temática en adhesión al acontecimiento principal de celebración, titulada Proyección socio-cultural de la Reforma Universitaria de 1918. La investigación y creación musicales en las universidades nacionales. Estuvo integrada por la Dra. Cristina Genovese, el Prof. Eduardo Peñafort, el Mag. Carlos Florit Servetti, la Mag. Susana Lage y coordinada G. Musri.

 

Para dar cierre a la jornada se llevó a cabo un concierto en la sala del Auditorio Juan Victoria. Muchos músicos alumnos y docentes del Departamento de música interpretaron repertorio ligado a proyectos culminados o en curso. Ante la mirada y escucha expectante del público, se lució la calidez de los músicos investigadores/creadores quienes generosamente ofrecieron el fruto de su largo trabajo, en la simplicidad y complicidad que muchas veces caracteriza a la música. Una gala verdaderamente enriquecida y enriquecedora.

 

La tercera jornada comenzó con la ponencia Pampa en la producción operística de Arturo Berutti a cargo de Graciela Musri y Elvira Rovira. Aquí se presentó una síntesis de los resultados alcanzados en el proyecto Los Aires Nacionales de Arturo Berutti, finalizado en 2017, que investigó la ópera Pampa (1897) del compositor (San Juan, 1858 – Buenos Aires, 1938) y la relación con sus artículos publicados en 1882 en la revista El Mefistófeles.

 

La Prof. Melina Medina (GEM) expuso sobre la Ópera del siglo XIX y violencia de género. El estudio aporta elementos para definir el estilo musical que Arturo Berutti empleó en ópera Pampa, cuyo libreto se basa en la novela Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez (1879). En el segundo acto aparece una escena de violencia cuando Vincenza, esposa del protagonista, es acosada por el Alcalde en ausencia de Giovanni. Así mismo, se presentan antecedentes operísticos del siglo XIX donde queda en evidencia la intimidación o violación sexual, a fin de hacer una comparación con la ópera Pampa.

 

La Mag. Sonia Parisí es parte del equipo de la Cátedra Artes Contemporáneas del Departamento de Música, y presentó Interludio, experiencia artística transdisciplinar. En su trabajo, se da cuenta del concepto de “tiempo” en la música y en las artes visuales, a partir de las vivencias en una exposición transdisciplinaria organizada por el GEM y la Sociedad Argentina de Letras Artes y Ciencias, con el auspicio del Ministerio de Turismo y Cultura, en conjunto con el Auditorio “Juan Victoria”, montada en diciembre del 2014. Esta actividad artística incluyó la performance de los bailarines Marian Abraham y Fernando Muñoz con música de C. Florit Servetti y contó con una escenografía compuesta por una serie de acuarelas de las pintoras S. Parisí y Esther Hassen.

 

Los directivos del Departamento de Música, Prof. César Sánchez y Mag. Stella Mas, y la secretaria administrativa Lic. Nora Barrionuevo, propusieron un estudio exploratorio descriptivo consistente en hacer un diagnóstico, a fin de lograr el Encuadre y reformulación organizacional del nivel preuniversitario del Departamento de Música de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes para su inclusión en la estructura orgánico-funcional de la Universidad Nacional de San Juan. Este es un proyecto interno avalado por la Facultad.

 

El Lic. Leandro Doñate presentó la ponencia La enseñanza de instrumento en Carreras Musicales de la FAD-UNCuyo. Aportes para la reflexión pedagógica. Este trabajo tomó como objeto de estudio a cinco espacios curriculares de “Instrumento” de las carreras de Lic. en Flauta, Oboe, Clarinete, Fagot y Saxofón de las Carreras Musicales de la mencionada institución. Se indagó y analizó las prácticas de enseñanza de las cátedras, las planificaciones y entrevistando a los profesores; presentó, en consecuencia, una caracterización de la situación actual de la enseñanza de música de nivel superior de la institución.

 

Las jornadas terminaron con una mesa redonda, encabezada por G. Musri quien, junto a los directivos institucionales, brindaron un balance general de las actividades realizadas. La buena recepción del público en general dejó de manifiesto la necesidad de realizar encuentros posteriores para favorecer la comunicación de las investigaciones que se llevan a cabo en el seno de la Universidad. En base a esto, consideramos que la socialización de los resultados como propuestas sustanciosas e innovadoras pueden aportar al mejoramiento de las prácticas que tengan que ver con el quehacer musical, en diversos ámbitos de la comunidad sanjuanina, con proyección nacional.

 

Como síntesis, realzamos el deseo de superar las voluntades aisladas e incentivar acciones conjuntas que reivindiquen el valor de la investigación artística en su carácter científico, afirmando sus bases y abriendo camino entre otras líneas de investigación.

 

Para completar información sobre el programa, resúmenes y Actas de estas IV Jornadas, así como del Gabinete en general, puede consultarse el sitio web http://www.gem.unsj.edu.ar/index.html.

III Congreso ARLAC/IMS. Reseña Congreso

Por Hernán Gabriel Vázquez

 

Luego de iniciarse en La Habana en 2014 y pasar por Santiago de Chile en 2016, la ciudad brasilera de Santos recibió a 117 musicólogos provenientes de 13 países, según las cifras oficiales, para desarrollar el 3er. Congreso de ARLAC/IMS. La sede del evento fue el campus D. Idilio de la Universidad Católica de Santos y el Comité Organizador estuvo presidido por Diósnio Machado Neto (USP) y Antônio Eduardo Santos (UCS). Junto a un amplio equipo de colaboradores, la supervisión general y vínculo con los miembros de la asociación estuvo a cargo de Juan Pablo González, Coordinador de ARLAC/IMS. Es importante destacar la presencia de Egberto Bermudez, quien cumplió el múltiple rol de expositor, coordinador y flamante vicepresidente de la International Musicological Society.

Si bien ARLAC forma parte de una asociación que desde 1927 se dedicó a aglutinar investigadores dedicados a la denominada musicología histórica, los congresos que organiza se han caracterizado por la presencia de investigaciones que utilizan distintos abordajes metodológicos. Junto a trabajos dedicados a cuestiones históricas, de fuentes documentales y análisis o teoría musical, en Santos se expusieron ponencias sobre las denominadas músicas populares y étnicas donde la historia, la sociología, la antropología y la filosofía dialogaron a través de variados marcos conceptuales. Posiblemente, esta variedad de temas y aproximaciones se relacione con la amplitud que proporciona la organización del congreso: es la segunda oportunidad que la convocatoria es de temática libre y muchos de los participantes no son socios de IMS. Como miembro de la Asociación Argentina de Musicología, en cuyos congresos recibí parte de mi formación, no es una novedad escuchar en este tipo de eventos los resultados de investigaciones sobre análisis de obras producidas con la utilización de medios electrónicos, presentación de problemas archivísticos, postulaciones teóricas sobre cómo abordar el estudio de músicas tradicionales, las connotaciones sociales de la manifestación musical de una comunidad que habita regiones rurales o los problemas de un manuscrito colonial hallado detrás de un muro en una catedral. Pero eso no suele ser lo habitual un congreso de musicología histórica convencional, donde se mantiene la división de espacios del conocimiento. El propio coordinador de ARLAC, González, destacó el diálogo intradisciplinar que ha caracterizado a la AAM y sugirió tomarlo como ejemplo para ARLAC/IMS. Espero que esta diversidad se pueda mantener y, tal vez, poco a poco alcance a dejar su marca en la IMS. Claro que para eso será necesaria la incorporación de nuevos socios y, así, se incremente la representación regional para la elección del Directorium internacional.

Prácticamente la mitad de los participantes fueron oriundos de Brasil, en segundo lugar estuvieron los argentinos, seguidos de los expositores de Chile, Colombia, México, Cuba, Perú y Paraguay; más algunos provenientes de España, Estados Unidos, Suiza, Alemania, Croacia e Italia. Sólo en casos puntuales, a razón de limitaciones individuales, la comprensión de las presentaciones y el intercambio entre los asistentes se vio interferido por cuestiones idiomáticas. Esta cuestión fue ampliamente sobrepasada a la hora de llevar adelante el debate, que en ocasiones alcanzó a captar la mayor atención del público. Al parecer, el mutuo entendimiento entre luso e hispanohablantes ha logrado imponerse ante el uso del inglés como lingua franca.

Más allá de detalles estadísticos y de enunciar las actividades desarrolladas, ya que puede consultarse el programa, resúmenes y otros detalles en el sitio web http://3congreso.arlac-ims.com/, existió un marcado predominio de trabajos que abordaron problemáticas musicales acaecidas durante el siglo XX y lo que va del XXI. Los distintos temas fueron cuestionados por enfoques estrictamente musicales –desde el estudio de los procedimientos técnicos hasta aproximaciones hermenéuticas como la teoría tópica y el estudio de la representación–, como por la aplicación de otras disciplinas sociales como la política, economía y la diplomacia; y problemáticas donde la identidad, el género y la religión atraviesan el hacer musical. Otro conjunto de trabajos importantes estuvo dedicado a las músicas practicadas durante el período colonial de la región. Pocos fueron los investigadores que en esta oportunidad abordaron el siglo XIX. Es esperable que este no sea un tema dejado de lado por los musicólogos, y que solamente haya sido una imposibilidad de mostrar su producción en esta ocasión.

Las sesiones de comunicación de trabajos individuales, en mesas paralelas casi en su totalidad, estuvieron alternadas o compitieron con las mesas temáticas y sesiones especiales. Entre las últimas, se destacaron la presentación de un panorama de la música en la ciudad de Santos, un homenaje al musicólogo e instrumentista Régis Duprat (presente en el evento), una mesa redonda de los representantes globales y locales de RILM, RISM, RIPM y RIdIM dedicado a la cooperación en Latinoamérica para lograr estándares internacionales de catalogación, y un encuentro de editores de las revistas académicas de la región. En dicho encuentro se produjo un apasionado debate sobre cuestiones de política editorial e indexación internacional de las publicaciones, tema que no fue resuelto pero considero fue de utilidad para los distintos participantes. De uno u otro modo, la injerencia de los medios de comunicación, la tecnología y la política cultural sobrevoló o atravesó a todo el encuentro. En los pocos momentos plenarios, y en función de las elecciones de los expositores, los temas de política local –que condicionan el futuro de las actividades académicas y científicas– surgieron en boca de los oradores y fueron acompañados de aplausos (no masivos, posiblemente a que existió algún problema de comunicación). Un logro interno de ARLAC, pero con potencial de lograr intercambios con otras regiones, es la creación de grupos de trabajo. En esta oportunidad se realizó la reunión inaugural del Grupo de Trabajo “Francisco Curt Lange (1903-1997): vida y obra en una perspectiva transnacional y trans-disciplinaria”. El principal objetivo del grupo es trabajar con el archivo personal del musicólogo de origen alemán (quien desempeño su actividad en distintos paises de todo el continente americano) para desentrañar aspectos poco conocidos de su hacer y de una red de personalidades con quienes tuvo contacto. Cada jornada del congreso concluyó con un “evento especial” que consistió en recitales de distinto tipo de música, desde Gilberto Mendes o un club de chôros hasta música vocal del siglo XIII y XIV, y creaciones actuales para guitarra.

Hay que destacar la cordialidad con que los visitantes fuimos atendidos, además de que los organizadores estuvieron siempre presentes y atentos a resolver algún conflicto inesperado. Hubo alrededor de cien exposiciones que fueron distribuidas a lo largo de cuatro jornadas y media. Si bien la participación de público fue considerable, estuvo representada básicamente por los propios asistentes al congreso. Esto produjo que algunas sesiones fueran algo solitarias y es de lamentar la carencia de mayor cantidad de público externo. El manejo del tiempo y la distribución de cada sesión, así como del ordenamiento cronológico en el programa, fue una de las deudas de la organización y sería algo a tener en cuenta para el próximo congreso de ARLAC/IMS.

Este tercer encuentro de investigadores de la región ha marcado cierta posición sobre diversidad de miradas, pluralidad de lenguas y apertura al debate en torno al accionar musical de los habitantes y estudiosos. He participado activamente desde el primer congreso en La Habana (hasta merodeé la sala donde se originó ARLAC, en Roma, en 2012), he visto varios rostros repetidos y, por suerte, he tenido la oportunidad de ver nuevos participantes y relacionarme con muchos de ellos. En el hacer, con el diálogo, el disenso y con la oportunidad de escuchar y ser escuchado la investigación musical en Latinoamérica y el Caribe (si es necesario hacer esta distinción) podrá crecer y encontrar su lugar en la escena internacional. Estoy convencido de que para ser escuchado es necesario hablar claramente, de nuestro entorno musical o del surgido en tierras lejanas, entre nosotros y con otros.

 

Buenos Aires, 12 de agosto de 2017

Sociedad Chilena de Musicología. Reseña Congreso

Por Silvina Mansilla

 

Con el tema general «Música en tiempos de crisis», se realizó en la Universidad de Santiago de Chile del 12 al 15 de julio de 2017, el noveno congreso organizado por la Sociedad Chilena de Musicología. Procedentes de Colombia, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, España, Argentina y varias ciudades chilenas (Concepción, Valparaíso, La Serena, Talca y por supuesto, Santiago), los expositores fueron agrupados en distintas sesiones. Verdadero congreso internacional –con ponencias en español, portugués e inglés–, los ejes centrales fueron «Música y política», «Conceptos en crisis», «Música, política e historia», así como también espacios dedicados a la crisis en la formación musical, en la industria musical, en las instituciones, en la educación.

 

El ámbito fue el de la USACH, otrora denominada Universidad Técnica del Estado, espacio educativo que no ofrece carrera de música alguna pero que tiene una fuerte tradición en lo que hace a la extensión cultural. De hecho, su unidad «VIME» (Vinculación con el Medio) alojó y promovió a artistas emblemáticos de la escena chilena (como Víctor Jara, Quilapayún e Isabel Parra, entre otros), habiendo sostenido durante los años 70 y 80 un espacio de resistencia cultural ante la dictadura imperante, asunto que la distingue especialmente.

Las siguientes opiniones deben tomarse a título personal. Por un lado, por el hecho de que ante las mesas paralelas, resultó imposible presenciar todas las sesiones. Por el otro, porque sin duda la elección de qué colegas comentar va teñida ya de un recorte propio, sea por el área de trabajo, el conocimiento previo de algunos de ellos o el interés en conocer qué y cómo se trabaja en determinados ámbitos académicos. Así, nos resultó impecable el aporte de Alejandra Isaza, Dra. en Historia por la Universidad de Manchester, quien acercó una visión del contexto histórico-político colombiano durante la segunda mitad del siglo XIX y su relación con el cultivo de la ópera y los conciertos de música académica como forma de transformar a los habitantes en ciudadanos. También, la ponencia de Alejandro Vera –actual presidente de la SCHM–, que presentó a través del estudio del texto y de la música de un villancico de la segunda mitad del siglo XVIII alojado en la Catedral de Santiago, el contexto de crisis profunda en lo político que ocurría en el imperio hispánico y que está presente, dicho sin decirse (valga el oxímoron), en el caso en estudio: Al supremo Dios, las gracias.

Igualmente acabadas lucieron las presentaciones de Mélodie Michel, de la Universidad de California-Santa Cruz y Marysol Quevedo, de la Universidad de Miami. Jóvenes investigadoras, la primera es una instrumentista dedicada a la música antigua que ofreció un análisis de la práctica de ese repertorio en el suroeste europeo, en las últimas décadas, enfocado desde una perspectiva etnográfica. Su ponencia demostró cómo desde la crisis económica de 2008 se viene creando en países como Italia, España y Portugal, un sistema posmoderno de organización laboral en la early music, de trabajo en redes. Quevedo por su parte, nos acercó un trabajo sobre la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba y la organización de sus programas de conciertos durante los años 60 y 70, explicando cómo se entrelazaron la ideología revolucionaria y la estética musical europea con los intereses de los directores y la expectativa de legitimación de los compositores cubanos de música contemporánea resultando un repertorio ecléctico, que se dio a conocer en festivales y celebraciones realizadas en distintos lugares de la isla.

Un tema muy atractivo para quien escribe fue la mesa coordinada por Daniela Fugellie, de la Universidad «Alberto Hurtado», destinada a un intento de que las cuatro «R» (RILM, RISM, RIPM y RIDIM) de la Sociedad Internacional de Musicología pudieran potenciarse con la cooperación o interrelación con algunos trabajos sobre colecciones musicales ya realizados en Chile. Pudimos así conocer, luego de una introducción didáctica más que pertinente de la coordinadora, el admirable trabajo de catastro, inventario y catalogación de partituras que ha realizado Fernanda Vera en distintos repositorios chilenos. También, la riqueza iconográfica de varios miles de fotografías de músicos que ha sistematizado Juan Pablo González en un archivo digital; y finalmente, la catalogación de partituras en bibliotecas y archivos de música –con sus criterios a veces antagónicos– explicada por Cecilia Astudillo, encargada de la Sección Música de la Biblioteca Nacional de Chile. Nos preguntábamos allí, inevitablemente, sobre la situación argentina y lo mucho que podrían potenciarse trabajos similares, si hubiera voluntad y políticas que excedan la urgencia del día a día y ciertos resquemores acarreados por una política pequeñita, mezquina, que impide pensar en plazos medianos, programados para la vida de las instituciones y no tan solo para el ocasional lucimiento de algún funcionario.

En perspectiva afín a nuestro trabajo, resultó de sumo interés observar cómo se está estudiando la circulación de la música sinfónica de compositores chilenos del siglo XX, aplicando métodos cuantitativos al estudio desde la teoría de la recepción. Luis Merino, junto con el joven musicólogo Julio Nicolás Garrido Letelier, presentaron otra ponencia a nuestro parecer contundente, referida a la incidencia de la crisis institucional de la Universidad de Chile ocurrida desde la década de 1970 en la circulación de ciertos repertorios, que conllevó un cambio en el imaginario institucional transformando su hegemonía y trama simbólica.

Azarosamente, pude compartir una cena en un lugar «ideal para tiempos de crisis» –como lo definió Mauricio Valdebenito, a quien el presidente de la SCHM atribuyó en el discurso inaugural la autoría del tema convocante–, «El Hoyo», famoso espacio ligado a las tradiciones locales en el cual sociabilizan hasta hoy numerosos chilenos nostálgicos. Más allá de mi total ineptitud para probar la bebida típica –el «Terremoto», consistente en una mezcla de vino blanco, helado de piña, fernet y granadina–, la ocasión me permitió tomar contacto más de cerca con algunos colegas. Por razones personales no pude asistir al almuerzo de camaradería el último día. Una despedida blanca me alejaba ya ese mediodía de la metrópoli chilena, permitiéndoseme, otra vez por intervención del azar, la contemplación «desde arriba» de la inmensidad de la cordillera recién nevada… Maravillosa experiencia de intercambio y crecimiento, en lo humano y en lo académico, que guardaré entre mis mejores recuerdos.

Se puede acceder a los resúmenes y otros datos, aquí: http://www.schm.cl/