Notas

Cómo asociarse

Quienes deseen integrar la AAM deberán completar el formulario online y, luego, informar de su deseo al correo institucional: info@aamusicologia.ar

Una vez analizada y aceptada la solicitud en la categoría que corresponda, la persona asociada deberá abonará o no (en caso de estudiantes) su primera cuota anual, coordinando el medio de pago con la Tesorería de la asociación.

CUOTA ANUAL

Socios Activos/Adherentes: $8.000,-
Abonando antes del 30 de junio de 2023, el valor de la cuota es de $6.000,-.
Para los socios extranjeros o que viven en el extranjero, el valor de la cuota anual es de USD 50.

Socios estudiantiles (estudiantes de grado, menores de 30 años): $4.000,-.
La primera cuota anual está bonificada en forma total. Comienzan a abonar su cuota a partir del segundo año de haber ingresado a la Asociación. Hasta el 31 de julio de 2022, la cuota es de $1500.

MEDIOS DE PAGO

La cuota se puede abonar personalmente o a través de transferencia bancaria. No dude en comunicarse con la Tesorería para obtener más información.

Tesorera de la AAM
María Mendizabal
tesoreria@aamusicologia.ar

Congreso Argentino de Musicología 2023 – 16 al 19 de agosto, Centro Cultural Borges (CABA)

La Asociación Argentina de Musicología y el Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” anuncian la realización del Congreso Argentino de Musicología 2023 (XXV Conferencia de la Asociación Argentina de Musicología y XXI Jornadas Argentinas de Musicología del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”), que tendrá lugar en el Centro Cultural Borges de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre los días 16 a 19 de agosto de 2023 de manera presencial.

En esta oportunidad han confirmado su participación como conferencistas el Dr. Julio Mendívil (Univeristät Wien, Austria) y la Dra. Marita Fornaro (Universidad de la República, Uruguay).

Ponencias y mesas temáticas

El Comité de Lectura resolvió la aceptación de ochenta y ocho (88) ponencias totales, incluidas ocho (8) mesas temáticas. Así, en esta edición del CAM participarán ciento cinco (105) personas provenientes de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Italia, República Dominicana, Uruguay y, por supuesto, Argentina. Se agradece el profesionalismo y dedicación de la Comisión de Lectura. La Comisión Organizadora está trabajando en la elaboración del programa, el cual será difundido oportunamente entre las personas participantes para controlar datos y confirmar disponibilidad.

Inscripción y envío de ponencias

Todas las personas que participen activamente en el CAM deberán confirmar su participación mediante el envío del trabajo completo y el pago de la inscripción correspondiente. Para más detalles consulta la Tercera Circular.


Comisión organizadora

Hernán Gabriel Vázquez (director, INM y presidente, AAM)
Marisa Restiffo (vicepresidenta, AAM)
Valentín Mansilla (AAM)
Ariel Mamani (AAM)
Lisa Di Cione (INM)
Guillermo Dellmans (INM)

Comité de lectura

Dr. Diosnio Machado Neto, Universidade de São Paulo (USP)
Dra. Karen Avenburg, CONICET – Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV)
Dr. Omar García Brunelli, Instituto Nacional de Musicología “C. Vega” (INM) – Universidad
Nacional de las Artes (UNA)

Participantes iniciales en la Comisión organizadora

Adriana Cerletti, Luciana Giron Sheridan, Ana María Romaniuk y Cristian Villafañe


Fechas importantes

  • 30 de junio de 2023: límite para inscripción con descuento.
  • 24 de julio de 2023: límite para envío de trabajos completos (e inscripción).

X Coloquio de la Asociación Argentina de Musicología

El Coloquio de la Asociación Argentina de Musicología es un evento académico nacional que organiza esta Asociación cada dos años y que reúne tanto a investigadores consagrados como a investigadores en formación. Ofrece un espacio de intercambio significativo y se proyecta como un ámbito privilegiado de difusión de los estudios musicológicos. Los trabajos presentados abordan el estudio de la música en sentido amplio, promoviendo la amplitud de perspectivas y enfoques vinculados con todas las manifestaciones musicales.

En la edición 2022 el Coloquio es coorganizado con la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo. Se desarrollará de manera virtual el día Jueves 7 de julio de 2022 de 8:30 a 18:30 hrs. La transmisión en vivo se realizará a través del Canal de YouTube de la FAD

 

https://www.youtube.com/c/facultaddeartesydisenouncuyo

 

Para acceder a la certificación de asistencia al Coloquio se requiere inscripción previa. La misma estará disponible hasta el mismo día a las 8 de la mañana.
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSe_qbW92o0AC8GvP0nmH5QuxC2YjsPxT8oXnVMxd5Pr3VSAnw/viewform

Jornadas de Jóvenes Musicólogues 2022

Para investigadorxs en formación en/sobre/para las músicas, sin límite de edad.

Hasta el viernes 17 de junio se encuentra abierta la convocatoria para presentar resúmenes. Las jornadas se realizarán el 19, 20 y 21 de octubre en formato virtual.

La convocatoria se dirige a estudiantes de grado y posgrado, tesistas, becaries e integrantes de equipos, que estén iniciándose en la investigación sobre/para/en música(s).

El objetivo de este encuentro es propiciar un espacio de intercambio de experiencias, saberes y problemáticas entre quienes se encuentran iniciando sus recorridos en la investigación musicológica.

Página web de las Jornadas: https://cepia.artes.unc.edu.ar/2022/05/17/jjmusicologues/

Inscripción (formulario): https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScxD9tUzFoZ6jrkso0OOKNrL3QPbQTEDW76jH1WeUs62ca1kQ/viewform

Consultas: jjmusicologues@gmail.com

 

Grabaciones del Congreso Argentino de Musicología

Nos complace comunicar que se encuentran disponibles las grabaciones de las sesiones y mesas temáticas que conformaron el Congreso Argentino de Musicología desarrollado en modalidad virtual durante el mes de agosto de 2021.Congreso Argentino de Musicología

Simposio Piazzolla

Es un placer anunciar que ya se encuentra disponible el video completo del Simposio Piazzolla, celebrado el pasado 26/11/21 en nuestro canal de YouTube donde pueden suscribirse para seguir compartiendo contenido de calidad

https://www.youtube.com/watch?v=9Y92q33GTUM

Conversatorio A 100 años del natalicio de Ariel Ramirez

Los invitamos a celebrar con nosotros el estreno del video completo sobre el conversatorio A 100 años del natalicio de Ariel Ramírez que tuvo lugar el día 15/11/21, ingresando a nuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=nJXWfK-acEc

«Estábamos en su casa y Ariel me hizo escuchar el tema nuevo que había compuesto. Le dije: esta zamba se va a llamar ‘Alfonsina y el mar’. Me encerré en una habitación y me puse a escribir. La primera estrofa salió enterita.» (Félix Luna) 

AAM Sociales 2020

Cada mes de diciembre solemos hacer un repaso de los acontecimientos más destacados del año, los especiales, los que se salieron de la rutina. En este 2020 tan particular, signado por una pandemia mundial sin precedentes, haber podido sostener nuestro trabajo, nuestras investigaciones, nuestra práctica musical, etc. adquiere una relevancia también singular.

 

Desde la CD de la Asociación hemos querido reunir en un sólo documento la información respecto de tres actividades significativas para el desarrollo profesional de nuestrxs socixs y de la disciplina que nos aglutina. Nos referimos a Tesis de doctorado defendidas, Libros publicados y Premios o Reconocimientos a la labor desempeñada en el campo de la musicología. Seguramente habrá muchos otros logros, pero hemos acordado circunscribirnos a estos tres. Incluimos además la nómina de nuevxs socixs y celebramos que se hayan sumado a esta comunidad musicológica.

 

Como es probable que se nos escape alguna información en este sentido, y dado que podemos actualizarla en la página de la AAM, les solicitamos que nos hagan conocer las omisiones para subir la información a la página web.

 

NUEVOS SOCIXS:

 

Nos complace que se hayan incorporado a la AAM lxs siguientes socixs:

Activxs:

Natalia Guigou,

Guido Ferrante,

Sebastián De Filippi,

Tomás Mariani,

Gimena Pacheco,

Adil Podhajcer.

Estudiantil:

Melisa Olivera.

 

SOCIXS QUE DEFENDIERON SUS TESIS DE POSGRADO:

 

Daniela A. González: «Una reconstrucción de la escena de la música popular bonaerense entre fines del siglo XIX y comienzos del XX».

Tesis de Doctorado. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Director: Miguel A. García.

Jurado: Ana María Dupey, Oscar Olmello y Martín Liut.

 

Omar García Brunelli: “Entre el tango y la música académica. Estética, procedimientos compositivos e interrelación de campos en la obra de Astor Piazzolla”.

Tesis de Doctorado. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Directora: Irma Ruiz; Codirector: Omar Corrado.

 

Jurados: Luis Ferreira Makl,  Edgardo Rodríguez y Leonardo Waisman.

Marisa Restiffo: “El Códice Polifónico del monasterio de Santa Catalina de Siena. Vida y práctica musical en Córdoba del Tucumán (1613-1830)».

Tesis de Doctorado. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Córdoba

Director: Gerardo Arriaga Moreno; Codirectora: Silvia Palomeque.

Tribunal: Javier Marín-López, Collen Baade y Sonia Tell.

 

Mauricio Pitich: “Historia del tango en la ciudad de Santa Fe (1920-1998): Producción, distribución, consumo y regulación musical».

Tesis de Doctorado. Facultad de Humanidades y Ciencias. Universidad Nacional del Litoral.

Director: Marina Cañardo.

Jurado: Omar García Brunelli, Camila Juárez, James Luker Morgan.

 

SOCIXS QUE PUBLICARON LIBROS

Música y humor en la obra de Les Luthiers, de Juliana Guerrero. Santa Fe / Buenos Aires: Ediciones UNL / EUDEBA, 2020. 280 páginas. ISBN: 978-987-749-176-0

La guitarra clásica en el Río de la Plata. Poética y poder de Tárrega a Segovia, de Oscar Olmello. Buenos Aires: EDAMus, 2019. 263 páginas. ISBN: 978-987-46224-7-1

 

El Mudo del tango. Ocho estudios sobre Carlos Gardel, compilador Omar García Brunelli. Buenos Aires: Instituto Nacional de Musicología, 2020.

Lita Spena. Sonata para piano, compiladora Romina Dezillio. CABA: EDAMus, 2020 (Libro digital).

 

Baguala y vidalita andina. Resonancias del pasado en la performance musical del carnaval en San Blas de los Sauces, La Rioja de María de Pilar Polo. Rosario: HyA Ediciones, 2020.

  

SOCIXS QUE RECIBIERON DISTINCIONES, PREMIOS, RECONOCIMIENTOS

 

Mariana Signorelli obtuvo la beca «Activar Patrimonio 2020» del Ministerio de Cultura de la Nación, para trabajar en el acervo del Instituto de Musicología Carlos Vega. El proyecto presentado se titula: “Los ballets con músicas de compositoras de estética nacionalista (entre 1943-1964): Ana Serrano Redonnet, María Lucrecia Madariaga, Silvia Eisentein y Elsa Calcagno”.

 

Luisina García obtuvo una beca UBACyT bajo la dirección de Silvina Luz Mansilla, para realizar sus estudios en el marco del programa de Doctorado en Historia y Teoría de las Artes, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

 

Sebastiano De Filippi ha obtenido por parte de la Association for Recorded Sound Collections, de la Universidad de Oregon (Estados Unidos), un Certificado de Mérito 2020, en la categoría «mejor investigación histórica» de temática musical. La distinción recae sobre la versión inglesa de su libro Alta en el cielo. Vida y obra de Héctor Panizza, en coautoría con Daniel Varacalli Costas, publicado en 2019 por la University of North Texas Press.

 

Felicitamos especialmente a los socixs  mencionadxs y a todos lxs colegas de la AAM por el trabajo llevado adelante durante el presente año.

Lxs saludamos cordialmente.

 

CD AAM

Decimotercer Córdoba Jazz Camp 2018

Por Rodrigo Alvarez Vidal

El Córdoba Jazz Camp es una reunión de músicos[1] amantes del Jazz que se lleva a cabo en la ciudad de Córdoba, Argentina. Son seis días de internado, normalmente durante la tercera semana julio, fecha que coincide con las vacaciones de invierno, tanto chilenas como argentinas. En el 2018 se desarrolló su decimotercera edición, en la Calle Salta 374, Córdoba, que congregó a casi ochenta estudiantes, once profesores[2] y seis miembros del staff de producción general. Es una iniciativa dirigida por el baterista y educador Germán Siman, director de la Fundación Cultural la Escuelita.

En el verano del 2011 conocí a Siman, mientras trabajaba como profesor en un seminario internacional de música organizado por la Escuela Angel Piana de Temuco, Chile. Posteriormente, Germán me invitó a participar como profesor colaborador para la clase de bajo y contrabajo en el Camp de ese mismo año, y luego de haber participado en sus versiones 2011, 2012, 2016, 2017 y 2018, he quedado cautivado por esta confluencia musical como una experiencia humana de intercambio muy enriquecedora, tanto para profesores como para estudiantes.

Fotografía: Eduardo Fisicaro

La inquietud de hacer el Córdoba Jazz Camp nació en Siman el 2005, año en que conoció al baterista y educador norteamericano Steve Zenz quien lo motivó a organizar esta experiencia en Argentina. Luego, en 2006 y 2007 el norteamericano invitó a Siman a Wisconsin y Milwaukee para colaborar académicamente en el Shell Lake Jazz Camp. Tras la experiencia del 2006, se arraigó profundamente el sueño de organizar un jazz camp en Argentina, el primer Córdoba Jazz Camp 2006.

Para Siman, el principal propósito del Córdoba Jazz Camp era construir algo nuevo, construir algo que no existía, dejar un legado en la provincia y la historia del Jazz Argentino. Para él, el Camp lucha contra cuestiones culturales referentes a la práctica instrumental y al concepto de “estudiar”. En Córdoba no está instalado el hábito de utilizar las vacaciones para estudiar, con el Camp se pretende fomentar el uso del tiempo libre en actividades vinculadas a la formación personal y musical de quienes participan en él.

Fotografía: Eduardo Fisicaro

Otros propósitos declarados por Siman son el compartir y educar, ya que el Camp no solo se aporta a la formación de los estudiantes en temas disciplinares musicales, sino que también en temas extradisciplinares y transversales pertenecientes al dominio afectivo de la educación, como lo son: valorar la inversión de tiempo referida al estudio de un instrumento, promover la solidaridad entre compañeros, estimar el esfuerzo personal, y fomentar el respeto por el otro, y de esta manera, poder construir una comunidad en torno al Camp. Para Siman es fundamental el “trabajo en equipo[3]”, esto lo desarrollan las escuelas norteamericanas por medio de dos actividades cada año: la primera, es el deporte; y la segunda es la música. La educación musical en Estados Unidos se incluye en las escuelas primarias y secundarias. En ellas los estudiantes participan en diferentes tipos de agrupaciones musicales[4], teniendo en sus agendas más de 30 presentaciones por año; además, en algunas de estas presentaciones cada integrante debe hacer un solo instrumental.

Durante los 10 primeros años, el Camp se realizó en el Seminario menor de Jesús María, éste se consiguió tras un convenio que consistía en reparaciones del seminario a cambio de usarlo libremente como sede durante las tres semanas de vacaciones de invierno argentinas. Al terminar ese convenio, el 2015, el Camp se realizó en dos lugares distintos dentro de la localidad de La Bolsa. En el 2016 en Villa Paz y Bien. En el 2017, en el Hotel de Campo Los Aromos, y finalmente, en el 2018 en Fundación La Escuelita, Córdoba Capital.

Durante su decimotercera versión 2018, el quorum fue de ochenta estudiantes distribuidos en clases de diferentes instrumentos de acuerdo con sus preferencias. El equipo docente estuvo conformado, Barbie Martínez (USA) en voz, Julio González Goytia (AR) y John Stowell (USA) en guitarra, Eduardo Elia (AR) en piano, Bruno Lazzarini (AR) en trompeta; Juan Canosa (AR) en trombón; Carlos Michelini (AR) en saxofón, Pablo Motta (AR) y Rodrigo Álvarez (CL) en contrabajo y Oscar Giunta (AR) y Steve Zenz (USA) en batería. Este extenso equipo de trabajo lo lidera Germán Siman, quien además tiene a cargo seis personas extra que ayudan como staff de la producción general.

A pesar de que el campamento se desarrolla comúnmente durante la tercera semana de julio, su organización comienza mucho antes, toda la programación lleva varios meses. Como lo señala la organización “cuando termina un Camp, ya estamos pensando el próximo”, esto implica: definir el sitio donde se llevará a cabo, seleccionar el personal docente, no docente, definir publicidad, además de estudiar potenciales financiamientos y apoyos externos, entre otras cosas.

Las actividades del Camp están configuradas durante sus seis días, de domingo a viernes, tal como se muestra en la tabla 1:

Tabla 1: Horarios Córdoba Jazz Camp 2018

Hora Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes
08:00 – 08:45 Desayuno Desayuno Desayuno Desayuno Desayuno
09:00 –  10:45 Acreditación Clase Instrumento Clase Instrumento Clase Instrumento Clase Instrumento Clase Instrumento
11:00 – 12:45 Acreditación Teoría Improvisación Teoría Improvisación Teoría Improvisación Teoría Improvisación Teoría Improvisación
13:00 – 14:30 Almuerzo Almuerzo Almuerzo Almuerzo Almuerzo Almuerzo
14:30 – 16:00 Diagnósticos Ensamble Ensamble Ensamble Ensamble Ensamble
16:00 – 17:30 Master Class

Docentes

Master Class

Docentes

Master Class

Invitado

Master Class

Docentes

Master Class

Invitado

17:30 – 20:00 Merienda y tiempo libre Merienda y tiempo libre Merienda y tiempo libre Merienda y tiempo libre Merienda y tiempo libre Merienda y tiempo libre
20:00 – 21:00 Concierto

Docentes

Tiempo Libre Concierto

Invitado

Tiempo Libre Concierto

Invitado

Concierto Estudiantes
21:30 – 22:30 Cena Cena Cena Cena Fogón Cena
22:30 – Jam Session Jam Session Jam Session Jam Session Jam Session

El campamento se financia principalmente a través de la cuota de inscripción de los estudiantes, cubriendo casi la totalidad de los costos de arriendos de instalaciones, alimentación durante el internado, honorarios de los docentes, equipo de trabajo e imprevistos. A la vez, hay otros aportes no monetarios, a nivel de equipamiento que contribuyen a la puesta en marcha del camp. Estos los brinda la Fundación Cultural La Escuelita, que colabora con instrumentos musicales y sistemas técnicos de audios. Hasta el momento no se cuenta con un apoyo estatal constante, salvo ocasiones aisladas, en las que han aportado con la participación de docentes invitados para brindar clínicas. Por último, también existe el apoyo de marcas de instrumentos que patrocinan a algunos docentes en particular, pero no al Camp como tal.

Fotografía: Eduardo Fisicaro

La organización de esta actividad tiene una soledad muy grande en lo financiero, siendo los primeros años muy duros en términos económicos. Desde el primero al quinto año, el campamento se sostuvo gracias al esfuerzo de la organización; luego, entre el sexto y décimo, consiguió autosustentarse sin generar ganancias económicas, pero en el undécimo y duodécimo bajó el número de inscritos, y el decimotercero logró autosustentarse. De acuerdo con datos entregados por la organización, en el año 2015 participaron 91 estudiantes; en 2016, 62 estudiantes, en 2017, 60 estudiantes, y en 2018, 80 estudiantes. El año 2019, no se llevó a cabo la decimocuarta versión del Córdoba Jazz Camp por la crisis económica vivida en Argentina, pero emergió la posibilidad de hacer un seminario llamado Seminario de dirección e interpretación en big band a cargo del director de Big Band norteamericano Gene Aitken. De esta manera, las actividades organizadas por Siman para formar músicos en Córdoba y Argentina no han cesado. Este 2020 la pandemia del Covid-19 ha suprimido cualquier actividad grupal en el mundo entero, sin embargo, en algún momento se intentó planificar el Camp con actividades en línea.

A pesar de que está pendiente la decimocuarta versión del Córdoba Jazz Camp, se requiere apoyo urgente por parte de entidades oficiales y generar alianzas con instituciones que contribuyan a la no desaparición de esta valiosa actividad tanto para Córdoba, Argentina y Latinoamérica. El Córdoba Jazz Camp es de un gran impacto en toda la comunidad que lo rodea por el intercambio de músicos de diferentes nacionalidades, y su contribución a la interculturalidad e intertextualidad del arte musical en la provincia, el país y Latinoamérica.

Rodrigo Alvarez Vidal

Universidad de Concepción

rodalvarezv@udec.cl

Fotografía:  Eduardo Fisicaro

[1] Profesionales y no profesionales, de diversos instrumentos y niveles.

[2] Profesores de canto, saxofón, trompeta, trombón, piano, guitarra, bajo y batería. También profesores de diferentes nacionalidades, argentinos, norteamericanos y chileno.

[3] En sus viajes a Estados Unidos, Siman participó en 200 horas de observación de Clases en las escuelas secundarias de Wisconsin y Minnesota.

[4] Concert Bands, Big Bands, Pep Bands, Marching Bands, Cuerpos de tambores, coros, entre otros.

Reseña sobre el XI Coloquio de Musicología en Casa de las Américas, La Habana, 2 al 6 de marzo de 2020

Cuando la academia baila al son de la música

por Lic. Mariana Signorelli

 

En aquellos días, cuando la peste no nos tenía al acecho, vivimo un intenso y sustancioso encuentro académico en el corazón del Caribe. Si a eso le sumamos que fue mi primera vez en la isla de Cuba y en la ciudad de La Habana, espero que los lectores sepan entender que las palabras de este relato estarán colmadas de aquel suculento impacto. Aunque no me detendré en las múltiples imágenes subjetivas que la ciudad me ha aportado (lo que podríamos seguramente charlar personalmente cuando pase la cuarentena), intentaré transmitir algunas de interés musicológico para que resulte un relato acorde al objetivo de esta reseña.

Aquella mañana cálida del lunes dos de marzo caminé unas quince cuadras por el barrio Vedado hasta el famoso Malecón y casi frente a él me encontré con el edificio de la emblemática Casa de las Américas. Espacio de cultura, de arte, de teatro y de música, donde sentirse como en casa es fácil no solo por la cordialidad y afectuosidad de las personas que allí reciben a sus visitantes sino también por los coloridos espacios colmados de historia, arte y el sin igual olor a café.

El comienzo transcurrió como en todos los congresos: la recepción, acreditación, primeros intercambios informales y el posterior llamamiento a ingresar a la sala Che Guevara para dar inicio e inaugurar el encuentro. Toda la semana, la anfitriona del evento María Elena Vinueza y varias musicólogas colaboradoras estuvieron pendientes de todos los detalles técnicos y organizativos.

Se presentaron a los integrantes del Jurado del Premio de Musicología 2020 quienes tuvieron la tarea de leer y valorar más de una decena de libros llegados de varios países del continente: Berenice Corti (Argentina), Claudia Fallarero Valdivia (Cuba), Oscar Hernández Salgar (Colombia), Jesús Gómez Cairo (Cuba) y Alejandro Vera (Chile), quien fuera el premiado de la edición anterior. A lo largo de esos días cada uno de ellos dio una conferencia sobre su tema de investigación. Además se comentó que en esta oportunidad se conmemoraba el cuadragésimo aniversario de dicho premio y el onceavo del Coloquio Internacional.

En esta ocasión los homenajes fueron dedicados a dos musicólogas. Una de ellas, musicóloga cubana referente que celebra sus cien años y que ha delineado caminos para quienes transitan esta área de investigación en la isla caribeña: María Teresa Linares. Dedicada toda su vida a la docencia, a la producción musical y a la investigación musicológica, con valiosos aportes en relación al folklore cubano, los cruces musicales entre España y Cuba, la música popular cubana y “el punto cubano” y sus particularidades en cada zona del país. Sin duda Teresa ha tenido una fructífera carrera y ha cosechado amorosos vínculos entre quienes la agasajaron en esta edición ya que siempre las referencias que le prodigaron han sido emotivas y afectuosas. Por razones de salud ella no estuvo presente. Por otro lado, Rosa Elena Vázquez, musicóloga, compositora, cantante y escritora peruana, ganadora del Primer Premio de Musicología de esta Casa en 1979, varias veces jurado, conferencista y partícipe de los Coloquios Internacionales. Se destacó especialmente su compromiso social y su infatigable lucha por la memoria y expresiones de los pueblos latinoamericanos.

La conferencia inaugural titulada “La circulación de la música española en el Perú del siglo XVII: un cargamento con música enviado a Lima en 1689” estuvo a cargo de Alejandro Vera, que no solo comentó los resultados de su trabajo sino también relató “la cocina”, es decir, los entretelones de su encuentro con el objeto de estudio en los archivos de la Catedral Metropolitana de Perú, los cruces teórico-metodológicos que decidió utilizar para el análisis, anécdotas de su trabajo, imágenes sonoras con las que nos transportó al siglo XVII y cómo se habían sorteado ciertos inconvenientes de intercambios de músicas e instrumentos en aquella época.

A continuación, nos trasladamos a la biblioteca a visitar la exposición “Musicología en la Casa” y realizamos una ronda de presentaciones personales entre los expositores de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, España, EEUU, México, Perú, Puerto Rico, Venezuela y Cuba.

Respecto a las demás conferencias, me centraré en la de la colega de nuestra asociación Berenice Corti, “Paul Wyer y las matrices afroatlánticas del jazz creol”, brindada el miércoles 4 por la mañana. Esta presentación sigue en la línea de los estudios que la musicóloga argentina transita desde hace algunos años sobre la música de jazz, las hibridaciones culturales, los sujetos afrodiaspóricos, las experiencias, intercambios y producciones musicales jazzísticas. En esta oportunidad, presentó la figura de Paul Wyer y su incursión en la escena de Buenos Aires en los años veinte, especialmente en la Boite Africa. Destaca en Wyer su modo de hacer música que se asocia a su creolidad: la dimensión performática repercute en la sonoridad como una especie de contracultura de la modernidad.

Las mesas temáticas estuvieron organizadas en torno a las siguientes perspectivas teórico-metodológicas: Teoría y crítica de la historiografía musical latinoamericana, enfoques actuales para la investigación musicológica de archivos y colecciones de música, nuevos paradigmas metodológicos basados en técnicas y formatos digitales, música y discursos contemporáneos y musicología, formación musical y gestión del conocimiento. Compartí mi ponencia “Resonancias del Martín Fierro a través de la palabra y la voz en el ballet Estancia Op. 8 de Alberto Ginastera” en la mesa de Teoría y crítica de la historiografía musical latinoamericana del día jueves 5 junto a los trabajos de Inmaculada Matía Polo sobre Pastora Imperio y Encarnación López, dos bailarinas y coreógrafas españolas que realizaron intervenciones artísticas en Uruguay, y Marisol Quevedo que presentó su ponencia sobre el Festival de música interamericano estimulado por la OEA y la relación política de quienes participaron en él en pleno contexto de la Guerra Fría. De las demás mesas por las que transité en esos días he podido registrar que las preocupaciones centrales que ocupan a los estudios musicológicos de la región circulan por los cruces entre música y política, los estudios sobre la conservación de música en archivos, la influencia de las nuevas tecnologías en el consumo musical, las metodologías de enseñanza de la música, las instituciones de formación musical y las producciones musicales latinoamericanas en relación a los entramados sociales. Sobrevuelan en las discusiones conceptos de identidad, memoria, historia, análisis musical, géneros musicales, estética y se han realizado sustanciosos aportes musicológicos sobre algunos creadores musicales poco estudiados hasta el momento.

Ha sido muy llamativa la presencia de estudiantes de conservatorios que han copado la sala en varias oportunidades y han realizado interesantes preguntas que favoreció el intercambio intergeneracional de saberes e inquietudes. Además, se pudo observar una mayoritaria participación de musicólogas mujeres aún cuando las cuestiones de género no han revestido evidente presencia en el encuentro.

 

Las jornadas también nos encontraron entre presentaciones de publicaciones como libros de Ediciones Cidmuc; del Sincopado habanero, vol IV, 2019; del Boletín Musical nº53; del libro María Teres Linares. Textos para la escucha; y de El dulce reato de la música. La vida musical en Santiago de Chile durante el período colonial de Alejandro Vera (Premio Musicología 2018) y documentales que fuimos a ver a la sala de cine de Fábrica de Arte Cubano. La Fábrica es un espacio cultural donde se reúnen las más novedosas expresiones artísticas de la vanguardia del arte cubano. Hay salas de concierto, salones para tomar clases de hip hop o improvisación, espacios de exposición de artes visuales y bares con terracitas para el esparcimiento. Allí nos congregamos para ver un concierto de música contemporánea francesa y cubana de los siglos XX y XXI interpretada por Luna Tinoco y Carolina Baños con proyecciones visuales a cargo de Raúl Morejón.

Entre los conciertos que fueron programados para disfrutar esos días se destacaron el de la apertura que presentó la Orquesta de Cámara Música Eterna, dirigida por Guido López-Gavilan y el de cierre por Pupy y los que son son. Estos últimos nos impulsaron a correr las sillas de la Sala Guevara y nos invitaron a bailar ritmos caribeños, resultando una verdadera fiesta de cierre de las intensas jornadas transcurridas.

El anuncio del Premio de Musicología 2020 colmó de aplausos la sala: Marita Fornaro y su obra Más allá del humor: articulación de lenguajes artísticos y procedimientos retóricos en la murga hispanouruguaya, resultó la obra premiada. Sobre ella el colombiano Óscar Hernández Salgar en nombre del jurado destacó que: «aporta un corpus de ideas y datos sin precedentes sobre un género importante de la cultura popular latinoamericana. Estos datos son de tipo etnográfico, iconográfico y archivístico entre otros, ya que incluyen fotografías, testimonios orales y documentos de archivo» y además dijo que su libro «tiene la virtud de incorporar diversos enfoques, tematizar aspectos escasamente abordados en obras anteriores sobre el mismo género y estar muy bien escrito».

El marco de aquellos días no pudo ser más sorprendente: La Habana me colmó de imágenes. Visité algunos museos y monumentos revolucionarios, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, la fortaleza, anduve en los coco-taxis, vi al malecón embravecido al estilo de una sudestada porteña, comí arroz moro, tomé mojitos, escuché a la maravillosa Haydée Milanés (hija de Pablo) en un subterráneo bar de jazz, caminé mucho por las callecitas de la Habana Vieja, admiré los coloridos autos descapotables de los años ´50, anduve por la avenida del Prado, hojeé libros y saqué miles de fotografías. Sin dudas, una experiencia de musicología, música, imágenes, sonidos, sabores y colores inolvidable.

AAM Sociales 2019

Cada mes de diciembre solemos hacer un repaso de los acontecimientos más destacados del año, los especiales, los que se salieron de la rutina.

 

Desde la CD de la Asociación hemos querido reunir en un sólo documento la información respecto de tres actividades significativas para el desarrollo profesional de nuestros socios/as y de la disciplina que nos aglutina. Nos referimos a Tesis de doctorado defendidas, Libros publicados y Premios o Reconocimientos a la labor desempeñada en el campo de la musicología. Seguramente habrá muchos otros logros, pero hemos acordado circunscribirnos a estos tres.

 

Como es probable que se nos escape alguna información en este sentido, y dado que podemos actualizarla en la página de la AAM, les solicitamos que nos hagan conocer las omisiones para subir la información a la página web.

 

NUEVOS SOCIOS y SOCIAS

 

Cristian Accattoli (activo)

Christian Sordelli (activo)

Rosa Chalkho (activa)

Marina Carrillo (activa)

Andrés Serafini (activo)

Julián Delgado (activo)

Natalia Montoya (estudiante)

 

SOCIAS QUE DEFENDIERON SUS TESIS DE POSGRADO

 

Berenice Corti: “Ser lo que se puede, poder lo que no se es. Cuerpo y performance en el jazz argentino”, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Director: Dr. Luis Ferreira Makl. Jurados: María Julia Carozzi, Sergio Pujol, Víctor Lernarduzzi.

 

Silvina Argüello: “Del vals europeo al vals criollo interpretado en la ciudad de Córdoba durante las décadas 1970 y 1980”. Facultad de Artes, UNC. Director: Leonardo Wasiman; Codirector: Juan Pablo González. Jurado: Irma Ruiz, Mónica Gudemos y Claudio Díaz.

 

SOCIOS y SOCIAS QUE PUBLICARON LIBROS

 

Martín Liut y Abel Gilbert (compiladores): Las mil y una vida de las cancionesGourmet Musical Ediciones, 2019.

 

Leonardo Waisman: Una historia de la música colonial hispanoamericana. Gourmet Musical ediciones, 2019.

 

Omar Corrado (compilador): Recorridos. Diez estudios sobre música culta argentina de los siglos XX y XXI. FILO: UBA, 2019. Varios socios/as escribieron capítulos en este libro: Silvina Luz Mansilla, Melanie Plesch, Guillermo Dellmans, Pablo Martínez y Martín Liut.

 

Gerardo Guzmán (compilador): Malambo, truculencia y legado: apuntes para el análisis de la obra de Alberto Ginastera. Silvina Luz Mansilla … [et al.], compilado por Gerardo Guzman ; prólogo de Esteban Buch. – 1a ed revisada. – La Plata : Ediciones Gilardo Gilardi, 2019. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-46231-1-9. Contiene artículos de varios socios/as: Silvina Luz Mansilla, Mariana Signorelli, Omar García Brunelli, Silvia Lobato, Hernán G. Vázquez y Gerardo Guzman.

 

SOCIOS y SOCIAS QUE RECIBIERON DISTINCIONES, PREMIOS, RECONOCIMIENTOS

 

Leonardo Waisman: Konex de Platino 2019 como musicólogo.

 

Enrique Cámara, Omar Corrado (no es socio de AAM), Fátima Graciela Musri, Irma Ruiz y Leonardo Waisman: Diploma al Mérito en Musicología otorgado por la Fundación Konex.

 

Juliana Guerrero. Diploma de aprobación del “Programa de Posdoctorado en Ciencias Humanas y Sociales”,  otorgado por la Secretaría de Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

 

Gourmet Musical Ediciones (Leandro Donozo y equipo): reconocimiento de la Fundación Konex como hecho destacado por su contribución a la Musicología.

 

Juan Pablo Páez: Premio Konex 2019: Hechos destacados. Juan Pablo Páez es el máximo responsable de «Festival Internacional Música Clásica por los Caminos del Vino», Ciudad de Mendoza.

 

Angélica Adorni. Renovación de beca Ubacyt de Doctorado hasta septiembre 2021. El proyecto de investigación que dirige Silvina Mansilla aborda la canción popular litoraleña en la década de 1960 y está radicado en el Instituto de Artes del Espectáculo (FFyL – UBA).

 

Adriana Cerletti. Designada miembro del Outreach with Latin American del Executive board de la ICTM (International Coucil for Traditional Music). La misión de este Comité es fortalecer los lazos con investigadores de la región de Latinoamérica y el Caribe dentro del marco de esta prestigiosa institución.

 

Clarisa Pedrotti. Obtuvo una Beca interna Posdoctoral de CONICET, otorgada en la Convocatoria 2018 para el período 2019-2021.

 

Rosa Chalkho. Beca de investigación UBACYT para culminación de doctorado otorgada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires (SECYT – UBA). Su tema de tesis es: La música incidental del cine argentino clásico (1933-1945).

 

Valentín Mansilla. Obtuvo una Beca interna Doctoral de CONICET, otorgada en la Convocatoria 2018, por cinco años.

 

Aprobación de Cátedra Libre “Músicas y género: grupo de estudios latinoamericanos”, dependiente del Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata (Res. 1635/18),  con el objetivo de visibilizar y compartir las investigaciones existentes y los nuevos proyectos referidos a dicha temática. Participan docentes e investigadoras de universidades nacionales argentinas, chilenas y brasileñas, varias de ellas socias de la AAM (Adriana Cerletti, Angélica Adorni, Mariana Signorelli, Mariana Tsiftsis, Marina Carrillo, Paloma Martín Vidal, Rosa Chalkho y Silvia Lobato).

 

Felicitamos especialmente a los socios y socias  mencionados/as  y a todos los y las colegas de la AAM por el trabajo llevado adelante durante el presente año.

 

Los/las saludamos cordialmente.

 

CD AAM

 

 

Otro sonido de duelo: Falling Out of Time. Estreno del ciclo de canciones de Osvaldo Golijov

Por Lila Fabro

Área de Investigaciones en Artes del Espectáculo y Judeidad,

Instituto de Artes del Espectáculo “Dr. Raúl H. Castagnino”

Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires

 

 

En el año 2000 Osvaldo Golijov, compositor argentino nacido en La Plata, (Argentina) en 1960, y radicado en Estados Unidos desde 1986, estrenó La Pasión según San Marcos en el festival Europaisches Musikfest Stuttgart en Alemania, obra que lo colocó en el centro de la escena musical mundial. La obra termina con un Kaddish –ración del ritual de duelo judío– situado en América Latina, en el que convergen muy diversos textos, idiomas y tradiciones musicales. Diecinueve años después Golijov retoma el espacio de duelo y lo despliega haciendo una obra desde otro enfoque y otro sonido.

 

En una fecha oportuna, noche de una de las celebraciones más populares en América del Norte como es Halloween –celebración de la unión del mundo de los vivos y el reino de los muertos– el pasado 31 de octubre de 2019 se estrenó Falling Out of Time de Osvaldo Golijov. La cita fue en Worcester, Massachusetts en el campus de College of the Holy Cross, universidad en la que el compositor enseña desde 1991, y la interpretación estuvo a cargo del ensamble Silkroad, con el trompetista Dan Brantigan y la cantante venezolana Biella Da Costa, como invitados. En el Brooks Concert Hall, auditorio que cuenta con alrededor de doscientos asientos, y a sala llena, el espacio mismo anticipó y alojó una obra caracterizada por un alto grado de intimidad ya enunciada por la temática.

 

Falling Out of Time es un ciclo de canciones para tres voces, electrónica, cuarteto de cuerdas, kemanché, percusión, pipa, sheng y trompeta, basado en la novela homónima del escritor israelí David Grossman publicada originalmente en hebreo (Nofel mi’hutz la’zman, 2011) y traducida al español como Más allá del tiempo. Escrita parte en prosa, parte obra teatral, y parte poesía, la novela de Grossman explora el dolor parental por los hijos muertos y cómo formas de duelo compartidas llevan a volver a encontrar vida aún en el dolor. En relación con esto, Golijov retoma tanto la temática y los personajes como también el poliestilismo de la poética de Grossman en una obra en la que tanto texto, sonido instrumental y exploración vocal son igualmente protagonistas.

 

Compuesta por tres canciones más un interludio, el ciclo de canciones –al que también podría escucharse como una ópera de cámara –repoetiza la novela del escritor israelí en la diversidad instrumental y en un delicado trabajo sobre los colores y las versatilidades de las voces del contratenor oriundo de Beijing, Wu Tong, la contralto venezolana Biella Da Costa y la soprano de los Países Bajos, Nora Fischer, en pasajes recitados, cantados, gritados, susurrados.

 

En una novela en la cual el argumento es una espiral que se va construyendo sobre los pasos, palabras y convergencias de los personajes en duelo, la obra desarrolla este movimiento in crescendo con recursos anteriormente inexplorados por el compositor como son la inspiración en el estilo del Delta Blues, en el rock y en baladas asiáticas. Aún con elementos pertenecientes al lenguaje compositivo de Golijov como son el poliestilismo, la exploración vocal, su tratamiento de las cuerdas, el multilingüismo –el texto se encuentra en hebreo y en inglés–, el uso de judeolenguas, el énfasis en aspectos rítmicos, la utilización de técnicas extendidas y la inspiración en géneros populares, Falling Out of Time lleva la marca de un sonido diferente en la carrera del compositor: un sonido más visceral, más libre y también más íntimo.

 

En esta obra  se toma la libertad de demorarse, y eso tiene que ver con el tiempo de exploración de los matices de cada instrumento del ensamble, a tal punto que casi todos tienen su momento solista, que trae consigo un lugar de intimidad. Esto habla también de la colaboración entre Golijov y el ensamble Silkroad que hizo el encargo de la obra y que trabajó junto al compositor en talleres desde el 2017 como parte de la residencia artística en College of the Holy Cross, dando como resultado una obra que fue creándose entre el compositor y el ensamble. Otro ejemplo de esta escritura híbrida fue la reescritura nada más y nada menos que del final de la obra el día del estreno con un cambio sustancial respecto al ensayo general veinticuatro horas antes. Explicitado por Golijov luego de la performance, el cambio –sugerido por Johnny Gandelsman, violinista del ensamble– supuso un cierre más dramático con una trágica canción de cuna entonada por Fischer, a diferencia del ensayo en el que la misma había sido sucedida por un final instrumental.

 

“La canción de cuna más trágica” la describió el compositor en el programa radial Cityspace, seis días después del estreno como “la canción de cuna de un niño muerto a sus padres”. Palabras que hacen conexión con el origen trágico de Falling Out of Time, en última instancia, en el conflicto armado árabe-israelí, y también con el acercamiento de Golijov al Círculo de Padres, organización israelí-palestina de familias que perdieron familiares en el conflicto en marcha.

 

Si el dolor sobre el que Grossman escribe es en forma de poesía, de descripciones y de diálogos, Golijov lo encuentra en el Delta Blues, en el rock, en el emparejamiento de registros de Wu Tong y Biella da Costa, en la frescura y fragilidad de la voz de Nora Fischer, en la diversidad instrumental y lingüística, en la gravedad y sensualidad con las que el compositor hace sonar en el contrabajo, junto a susurros rasposos de Wu Tong, los pasos de los padres que Grossman describe en su novela. En este sentido, el compositor capta aquello que Grossman en su escritura híbrida va construyendo, y es la expresión de un dolor tanto personal como colectivo que va mutando, y que trae consigo la marca de la diferencia.

 

Falling Out of Time constituye una vuelta de Osvaldo Golijov después de años sin estrenar obra, y quizás sea también el inicio de una nueva etapa en su carrera compositiva. En la escritura de un compositor en la cual los temas de duelo, memoria y homenaje insisten a lo largo de los años (Yiddishbbuk, Los sueños y plegarias de Isaac el Ciego, Tekyah, La Pasión según San Marcos, Last Round, Mariel, Ainadamar), el ciclo de canciones Falling Out of Time se inscribe allí en temática, y se desmarca en una sonoridad más madura y más íntima.

 

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Falling Out of Time de Osvaldo Golijov

Interpretada por The Silkroad Ensemble: Shawn Conley (bajo), Nicholas Cords (viola), Nora Fischer (voz), Jeremy Flower (electrónica, guitarra), Johnny Gandelsman (violín), Kayhan Kalhor (kemanché), Karen (Ouzounian (violonchelo), Shane Shanahan (percusión), Mazz Swift (violín), Wu Man (pipa), Wu Tong (voz, sheng). Invitados: Dan Brantigan (trompeta) y Biella Da Costa (voz).

Fecha de estreno: Jueves 31 de Octubre de 2019 – 19.30 hs. / Sala: Brooks Concert Hall, College of the Holy Cross en Worcester, Massachusetts, Estados Unidos.

Horacio Chango Spasiuk. Concierto: 30 años con la música. Buenos Aires: Teatro Ópera, 21 de septiembre de 2019

Por Santiago Hernán Vazquez

 

Ni más ni menos que la solemnidad connatural a un encuentro de amigos que, como dijera Atahualpa, llevan el alma en el mismo cuero. Las mismas inquietudes y la misma búsqueda. Ese fue el clima del inolvidable concierto con el que nuestro gran músico, Horacio “Chango” Spasiuk, festejó sus 30 años de música el 21 de septiembre pasado. Y es que ese solemne silencio, tan espontáneo frente a una armonía definitivamente descubierta, no riñe con el gozo profundo que hace saltar de la butaca queriendo mover el cuerpo al ritmo de una polca. La música no es entretenimiento, dijo el acordeonista misionero mediando el concierto, verbalizando lo que los espectadores ya habían intuido al escuchar piezas como “Tristeza”, “Camino”, “Mi pueblo, mi casa, la soledad”. Es, como no se cansa de decirlo nuestro músico, una búsqueda desesperada de la belleza. La búsqueda de un hombre dotado con el don de la sonoridad –hubiera glosado Marechal– que, cubierta la cabeza de ceniza, canta por el hombre insonoro que lleva dentro de sí una armonía que espera ser cantada. “El Cantor, el Oyente y la Canción forman una unidad de sonido”, decía aquel poeta. De allí quizá el clima amical, exento de solemnidades forzadas pero sí pletórico de silencios profundos, con el que transcurrieron las casi tres horas de concierto. De allí el cariño espontáneo para con el Chango que bajaba de las gradas hacia el escenario y que se expresaba a veces en gritos que no eran declaraciones de amor sino manifestaciones de gratitud tan estentóreas como genuinas ante ese “hombre sonoro”, que ha cantado y canta con su acordeón los misterios musicales insondables de nuestro corazón.

 

La apertura del concierto fue tan maravillosamente sencilla que huelgan los calificativos. De repente y a paso lento, ingresó al escenario, solitario, el Chango. De bombacha y alpargatas. Se sentó, se acomodó el poncho en sus piernas y tomó en sus manos una pequeña acordeón que estaba a sus pies. Todos sabíamos que se trataba de la primera acordeón que tuvo de niño. Apareció detrás, en efecto, una foto añeja del niño Spasiuk con esa misma acordeoncita. Y comenzaron a sonar, como pájaros dando la bienvenido a la primavera, entrañables ritmos litoraleños con un sonido que parecía una voz de niño. Este cronista no pudo evitar, frente a este espectáculo que se abría con tan majestuosa sencillez, recordar aquel aforismo de Nietzsche que rezaba: “La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad  con que jugaba cuando era niño”. El changuito de la foto, con inocultable felicidad, posaba, serio, para la foto de rollo. La música era el juego en el que gozosamente se le iba la vida. El chango del escenario sonreía, no ocultando el gozo y cerrando los ojos de a ratos. Ambos entregados de lleno a la aventura de existir con la certeza de que el fondo de la realidad es bueno porque existe la música. Porque, como nos reveló Tolkien, Ilúvatar dispuso que todo se creara cantando y del canto surgieron las cosas.

 

Como en aquel concierto del 2014 en el Colón (que después se plasmó en el extraordinario trabajo discográfico “Tierra colorada en el Teatro Colón”), y después de este inolvidable prólogo, el chamamé “Tristeza” abrió el sendero a la intimidad amical y solemne. Las notas de esta pieza fueron, como siempre, saetas al corazón que ya fue herido hasta el final. “Tarefero de mis pagos” fue la pieza elegida para revelarnos, inmediatamente después, que allí cantaba un misionero. Mas aún: un chamamecero, que ama su tradición y que, parado y hundidas sus raíces allí, crece, como el lapacho de su tierra, hacia arriba y hacia los costados, buscando una belleza “que siempre está más allá”, dando sombra a los cansados del camino, y floreciendo, con el frío del aire invernal, en promesa de primavera.

 

El concierto recorrió así lo más importante de la obra de Spasiuk. Con la generosidad insobornable de los “hombres sonoros”, concientes de su “misión”, los músicos ofrecieron una interpretación extraordinaria de las composiciones más representativas de la música del Chango. Este cronista, mero diletante, descubrió, por ejemplo, en la performance del maestro perscusionista, las infinitas posibilidades sonoras de las palmas. De “Polcas de mi Tierra” a “Otras músicas” los espectadores viajaron por un itinerario que, teniendo como guía a Spasiuk, siempre es nuevo. En este sentido, este cronista no puede dejar evocar, conmovido aún, la interpretación de piezas como “Pynandí”, “Camino”, “Distancia”, “Canción de amor para Lucía” y tantas más, tantas veces escuchadas.

 

Como si esto fuera poco, el concierto no estuvo exento de sorpresas. Después de sonar “Solo para mí” con la voz inolvidable de Mercedes Sosa, tuvo lugar un momento maravilloso y absolutamente inesperado para los espectadores: fue la intempestiva y feliz irrupción en el escenario del genial gaitero español, de gira en ese momente por Argentina, Carlos Nuñez. Fue un momento único de amistad, alegría, complicidad y, me animo a decir, aprendizaje. En efecto, entre bromas y  poseído de un entusiasmo gloriosamente infantil, el gaitero nos anunció, cual oráculo délfico, que tenemos una tradición común, plena de los matices diversos que otorga la tierra, que debemos conservar frente a la dictadura del cambio, del entretenimiento, de lo novedoso, de lo sensacional. Y que, además –siguió diciendo el español–, tenemos en el Chango Spasiuk a uno de los más extraordinarios pontífices de la belleza de esa tradición. Dicho esto, y como para mostrar que lo dicho es una verdad incontrovertible, Nuñez y Spasiuk nos hicieron vivir a los espectadores unos minutos colmados de felicidad que nos descubrieron, en el idioma de la música, la honda comunión de tradiciones. Los más entrañables chamamés, como “Kilómetro 11”, fueron interpretados con el acompañamiento de la gaita. La comunión fue profunda, feliz, natural. Un sonido ya antiguo era, a la vez, absolutamente nuevo. La verdad musical de aquellas piezas entrañables no mutó sino que se autorreveló más plenamente.

 

Con la invitación al amigo y cantor litoraleño, Sebastián Villalba, que interpretó emotivamente piezas como “Viejo caballo alazán” y “Canto a Ñande Reta”; y con la subida al escenario de Pedro Canale, quien ha dado a algunas composiciones del Chango un nuevo e interesante registro, se completó un viaje inolvidable que ninguno de los que estaban esa noche en el teatro Ópera quería concluir. Y es que todos estuvimos envueltos por tres horas en ese “paraíso de la unificación posible” en el que los hombres logran “unirse por arriba”, como decía Marechal, aun cuando estén divididos por abajo. Tal cosa es el arte verdadero, ese que habla el idioma del corazón pues solo busca –y desesperadamente– la belleza. Y ya sabemos, porque el gran Dostoievsky lo escribió, que solo será la belleza la que salvará al mundo.

Fugaz visión sobre la Séptima Edición de “Músicos en Congreso”

Silvina Luz Mansilla

 

Una vez más, con el entorno de la fragante primavera santafesina, tuvo lugar el encuentro ya habitual de músicos, docentes e investigadores, que transcurre en los años impares en el Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral. Preludiando la efectiva llegada de la nueva estación, entre el 18 y el 20 de septiembre de 2019, se dieron cita un público numeroso integrado principalmente por estudiantes de música, y una serie de intérpretes, pedagogos, compositores y musicólogos que sumaron debates, propuestas, talleres y disertaciones sobre la canción. “Será que la canción llegó hasta el sol” fue el título para la presentación de miradas, escuchas y reflexiones acerca de uno de los géneros artísticos más efectivos que, por reunir poesía y música, comprende de por sí una problemática atractiva, factible de múltiples perspectivas teóricas y metodológicas.

 

Nuestra reseña tiene la visión transversal del recorrido elegido, en función de posibilidades reales de participación e intereses personales, y también por causa de la multiplicidad de actividades en simultáneo, que atendieron a los diversos intereses de los participantes.

 

Una conferencia inaugural a cargo de una personalidad procedente del Centro Nacional de Documentación Musical “Lauro Ayestarán”, de Uruguay, Rubén Olivera, nos llevó por un repaso conceptual acerca de categorías claves como la identidad, la sinceridad artística, la creación. La presentación cubrió primero un aspecto informativo sobre la actividad actual y reciente del CNDM, matizada con ideas todavía algo provocadoras de Carlos Vega y Lauro Ayestarán, para luego pasar a una serie de reflexiones acerca de la world music, el concepto de espacio sonoro y el tema de la autenticidad en la música. Por no disponerse de un espacio para debate ni preguntas, quedaron flotando hilos conductores, derivaciones, posibles conjeturas y hasta quizá objeciones, que fueron factibles de ser retomados en otras sesiones.

 

La participación en el evento fue mayoritariamente juvenil, con un ambiente sumamente cordial y relajado que dio lugar a una interacción activa. Muy motivantes fueron las sesiones con trabajos etnomusicológicos, como los de Rosario Haddad y Soledad Venegas por un lado, y Norberto Demonte por el otro. También, resultaron muy atractivas las aproximaciones históricas a la canción escolar de tradición escrita, como la propuesta por Luisina García sobre el repertorio producido por Julián Aguirre, y la de Eugenia Amantía y Carla Díaz, quienes intentaron realizar una periodización desde fines del siglo XIX hasta fines de la década peronista basándose en una consistente documentación. A su vez, fue una verdadera ‘revelación’ la participación del muy novel investigador Marcelo Gastaldi, quien problematizó el modo de expresión musical de Carlos Aguirre y su trabajo sobre la propia intimidad, la matriz afectiva, para producir sus canciones. En el campo de la pedagogía, el problema de la canción y su utilización en la enseñanza general tuvo también un momento de profunda reflexión en los planteos de Pablo Lang, quien ha dedicado una tesis doctoral al asunto de la transmisión de la música en la escuela. En línea con la música de inspiración regional, dos trabajos versaron sobre la canción litoraleña: el primero, de Angélica Adorni, abordó las temáticas románticas en el repertorio popular de los años 60; el segundo, de Hector Gimenez, retomó el aporte de Carlos Guastavino a la canción del Litoral, visto desde una polémica hemerográfica ocurrida en la misma época tratada por Adorni.

 

Del coloquio organizado por la Asociación Argentina de Musicología, que tuvo lugar en el día central de este congreso, acaparó nuestra atención la presentación de Lautaro Díaz Geromet, quien aportó una revisión historiográfica sobre la historia del rock nacional, desmontando la construcción de una serie de mitos a lo largo del tiempo, que en cierta medida siguen instalados en la creencia común. Su interpelador, Julián Delgado, acertó en pedidos de ampliación y en un análisis crítico del aporte, que redundó en la profundidad de la nueva perspectiva sobre el tema. Pudimos escuchar, asimismo, la disertación de Hernán Gabriel Vázquez sobre identidades y música, quien fue interpelado por Martín Liut con ajustados comentarios. Su trabajo exploró una serie de ideas cristalizadas presentes en los discursos sobre la creación musical de algunos compositores argentinos, de distintas épocas. Instalada en la sociología y el análisis discursivo, se trató de una contribución que intentó ser un llamado a la reflexión sobre la necesidad historiográfica de considerar los aspectos económicos y su incidencia, a la hora de analizar las variables que intervienen en procesos de circulación y mediación de los distintos repertorios.

Una camaradería especial se produce en estos encuentros, con sus pausas de descanso acompañadas por músicas instrumentales y vocales en vivo. Allí pudimos escuchar desde un coro a cappella integrado por adolescentes de una escuela artística santafesina que entonó la comprometida canción de César Isella Fuego en Animaná (mencionada justamente en una sesión anterior en la que se habló de censuras y autocensuras), hasta conjuntos de estudiantes del Instituto Superior de Música. La bienvenida, en la apertura, estuvo a cargo de profesores y graduados del ISM, que nos llevaron por distintos repertorios vocales, algunos de clara inspiración regional. Las autoridades, docentes implicados en la comisión organizadora y personal anfitrión, como siempre, destacaron por su trabajo mancomunado y una organización horizontal, cooperativa, que resulta muy inspiradora y de gran aprendizaje para quienes transitan sus estudios de grado en esa casa de estudios.

 

El Conservatorio Nacional de 1888 y el Conservatorio Williams . Senderos que se bifurcan en la educación musical argentina

Manuel Massone y Oscar Olmello

 

La existencia del Conservatorio Nacional fundado en 1888 por decreto del presidente Miguel Ángel Juárez Celman, fue ignorada por la bibliografía hasta épocas muy recientes. Por ello permanecieron también desconocidos los esfuerzos que llevó a cabo el Estado Nacional para la formación de maestros de música. Tal medida resultaba urgente al implementarse en 1884 la ley 1420 de educación común, gratuita y obligatoria, con la consiguiente necesidad de cubrir las numerosas vacantes en esos cargos.

 

Aquella ley venía a formular explícitamente un ambicioso proyecto puesto en práctica en la segunda mitad del siglo XIX, que buscaba erradicar el analfabetismo. La música vocal y el dibujo aparecían en la norma como materias curriculares. No resulta casual entonces, que Juan Gutiérrez fuera elegido el primer director de aquel conservatorio. Él mismo en la introducción de su tratado de solfeo, relata que se había preparado en España como solfista, es decir como maestro de música vocal. Tal asignatura figuraba en los programas de la Escuela Normal de Paraná ya desde su fundación en 1870. Se seguía así una tendencia de vanguardia que había sido exitosa primero en las escuelas públicas de la ciudad de Boston y luego en toda la Unión. No debe olvidarse que el director y todo el claustro docente fundadores de esa escuela eran originarios de aquella ciudad norteamericana.

 

En línea con esos objetivos, el Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Juan Manuel Carballido elogia en la memoria elevada al Congreso Nacional en 1891, el funcionamiento del Conservatorio Nacional pues ha formado “[…]señoritas maestras de solfeo que ya están ejerciendo en escuelas nacionales y primarias dependientes del Consejo Nacional de Educación” (Carballido, 1891).

 

Sin embargo, tal tarea se ve interrumpida por la crisis económica de 1890 y la posterior acción de Alberto Williams. En efecto, decepcionado al regreso de Europa por el desinterés de la sociedad porteña ante sus flamantes capacidades adquiridas en Francia como pianista y compositor, piensa abandonar la música ante lo cual su tío Amancio Alcorta, a la sazón ministro del ramo respectivo, le ofrece desplazar a Gutiérrez para colocarlo a él en su reemplazo. Williams rechaza el ofrecimiento y tiempo más tarde funda su propio conservatorio de gestión privada.

 

Para constituir su claustro tienta a los profesores del Conservatorio Nacional a pasarse al suyo, quienes a su vez, aconsejan a sus alumnos seguirlos hacia la institución recién fundada. Casi inmediatamente, su tío en un fugaz regreso al ministerio instituye el reconocimiento oficial de los títulos expedidos por el conservatorio de su sobrino. En una sola operación Williams vacía de profesores y alumnos el Conservatorio Nacional dirigido por Gutiérrez quien, como el mismo Williams escribe “dejé con un palmo de narices” y se convierte en la única institución que otorgara títulos oficiales de música, ya que el Conservatorio Nacional, así debilitado perdió esa facultad[1].

 

Esta circunstancia además de promover reflexiones sobre la ética de un personaje instalado hasta hace poco tiempo en la hagiografía musical argentina, generó una antinomia que llevó un siglo resolver. Pues el conservatorio de Williams encarnaba un paradigma de formación profesional del músico opuesta a la del de Gutiérrez. Su curriculum estaba inspirado en el del Conservatorio de París y por ello buscaba formar instrumentistas virtuosos y compositores, aunque el título que obtenían habilitaba a sus egresados a ejercer como maestros de música.

 

Tal desajuste fue señalado por un docente de música, al explicar que:

 

La metodología empleada en la escuela por los profesores especiales [maestros de música], está calcada en los medios puestos en uso por los conservatorios donde ellos estudiaron, pero como en esos establecimientos no se prepara al alumno para ser maestro sino ejecutante, esa rama del arte de enseñar ha merecido una secundaria preferencia cuando no una total omisión, y de ahí la precaria idoneidad del actual músico-maestro (Roldán, 1915).

 

Nueve años más tarde de esta opinión sobre la formación de los educadores, se crea el Conservatorio Nacional definitivo con una orientación que se ubica a mitad de camino entre los paradigmas mencionados, pero con una preeminencia del modelo williamsiano, pues éste para esa época se había consolidado en los conservatorios privados que proliferaban en todo el país, incluyendo además cursos para poder sortear los exámenes de aptitud que requería el Consejo Nacional de Educación para enseñar en las escuelas primarias.

 

Esa antinomia animaba el debate político al interior de las instituciones que impartían la formación profesional del músico, todavía en el último tercio del siglo XX, estando en proceso de evaluación hoy en día las estrategias elaboradas para zanjarlas.

 

Bibliografía

 

Carballido, J. M. (1891). Memoria presentada al Congreso Nacional de 1891. Buenos Aires: Taller Tipográfico de la Penitenciaría.

Massone, M., & Olmello, O. (2015). El Conservatorio Nacional de 1888. La Primera Fundación. 4′ 33″. Revista on line de Investigación Musical., VII(1), 14-28.

Massone, M., & Olmello, O. (enero-junio de 2018). 1890. Divisoria de dos modelos antagónicos de educación musical en la Argentina. Resonancias, 22(42), 33-52. doi:DOI: https://doi.org/10.7764/res.2018.42.3

Roldán, J. M. (1915). La Música en la Escuela. Monitor de la Educación Común, XXXIII(53), 207-211.

 

 

 

[1] El conservatorio de Música de Buenos Aires que dirigía Williams también perdió ese reconocimiento tras el alejamiento de su tío de los gabinetes nacionales, en los cuales ocupó diversos cargos ministeriales durante casi una década.

Una ola en la marea feminista: estudios sobre música y sonido en las Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres

Por Romina Dezillio

Ciudad de Buenos Aires, 2 de agosto de 2019

 

 

Ni tímidos, ni livianos, ni modestos; intensos, firmes y promisorios se presentaron nueve trabajos que abordan la música con lentes de género. La nuestra fue la mesa N° 39: “Escuchar las diferencias: género, cuerpo, música y sonido en el arte”, una de las 96 que hicieron estas jornadas. Nosotras, nueve de muchas, muchos, muches, cuyas voces agitaron las paredes de las facultades del campus de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

 

Lo vivimos con mucha alegría y así quiero compartirlo hoy, el día después. Mi pensamiento toma siempre el camino de la historia, de modo que no puedo evitar la lógica del racconto… Todo comenzó el invierno pasado y la primera en imaginarlo fue Julia Kratje. Su propuesta encontró asidero inmediatamente en mi horizonte; en él se dibujaban pocos perfiles porque apenitas me había reincorporado a la actividad luego de cinco meses de licencia por maternidad. Modelado aquel presente por un registro alucinado de brazos, abrazos y noches sin dormir, dije que sí sin dudarlo. Con Julia pensamos juntas, intercambiamos, decidimos y esperamos que prosperara la ilusión de un espacio para la música en estas jornadas.

 

Una vez generado el espacio, el proyecto se concretó con los aportes de colegas que extendieron los límites de nuestro territorio a los países vecinos de Chile, Brasil y Uruguay. No puedo soslayar algunas de las experiencias previas por la que esta mesa se vio favorecida. Primero fue el III Coloquio de Ibermúsicas sobre investigación musical “Música y mujer en Iberoamérica: haciendo música desde la condición de género”, que tuvo lugar en agosto de 2017 en Santiago de Chile. De aquel encuentro en que once países fueron representados por mujeres investigadoras y artistas surgieron los lazos que esta vez trajeron a Lorena Valdebenito Carrasco de Chile; y de Brasil a Eliana Monteiro Da Silva. Un momento posterior lo constituyó la XXIII Conferencia de la AAM y XIX Jornadas Argentinas de Musicología del INM “Carlos Vega”, reencuentro que dio lugar a una red de intercambios impulsados por Silvia Lobato que se consolidaron en torno al Tercer Congreso Chileno de Estudios en Música Popular “Género y sexualidad en  música popular: prácticas, articulaciones, disputas”, realizado en enero de 2019 en Santiago de Chile.

 

Con alguna de estas participaciones previas y otras afortunadas incorporaciones nuevas se armó esta mesa temática, nutrida de cruces e intercambios. Cuatro trabajos presentaron mujeres con importantes actuaciones en escenarios diversos del quehacer musical latinoamericano: Eliana Monteiro da Silva (Escola de Comunicações e Artes da USP) revisó el trabajo como intérprete de la pianista argentina residente en Brasil, Beatriz Balzi (1936-2001), centrándose en la serie de Cds Compositores Latinoamericanos (1984-2001). Por haber sido su discípula, Eliana ofreció testimonios de primera mano sobre la relación que Balzi entabló con los y las compositores/as interpretados en la serie con el propósito de alcanzar “la mejor interpretación” de cada obra. Centrada en la figura de Sara González, Lorena Valdebenito Carrasco (Universidad Alberto Hurtado, Santiago de Chile) aportó su estudio sobre la construcción de lo femenino en la Nueva Trova Cubana. La creación musical femenina de Pascuala Ilabaca y Fauna fue objeto de la presentación de Paloma Martín Vidal (Universidad de Chile). Natalia Guigou Rodriguez (UNA/UBA/Ministerio de Cultura y Ministerio de Educación) y Federico Guigou Rodriguez introdujeron a Antoinette Paula Pepin Fitzpatrick, conocida, a través de su seudónimo Pablo del Cerro, como co-creadora junto a Atahualpa Yupanqui de algunos de los íconos más populares del repertorio folclórico del país.

 

Géneros musicales y sus sentidos asociados al género tuvieron su análisis e interpretación en los trabajos de Mariana Signorelli (UBA): “Malambo, máscaras mágicas y limitaciones genéricas de género”;  Adriana Cerletti (UBA/UNA): “La virilidad de la cifra y la sensualidad de la milonga: retóricas de nacionalismo musical en clave de género”; y Romina Dezillio  (INMCV/ Damus-UNA): “‘No se nace cancionista, se llega a serlo’. Estudio sobre el proceso de surgimiento y consolidación de las cancionistas de tango”.

 

El trabajo de Julia Kratje (CONICET/UNA/ IIEGE/UBA) se centró en un estudio de lo sonoro en el film Malambo, el hombre bueno, de Santiago Losa para analizar “Coreografías, paisajes, silencios: resonancias y confines de la masculinidad en el cine argentino”. Silvia Lobato (UNQ/UNCUYO), a través del estudio de prensa periódica, profundizó en la “Música de conciertos, crítica musical y género en La Mujer. Revista Argentina para el hogar (1935-1943)”.

 

Estos y otros temas trascendieron las paredes de las aulas, como pasa siempre; pero como pocas veces: tuvieron protagonismo. Seguramente, cada participante tendrá su versión de este encuentro y solo la suma de las voces puede completar el relato. Porque esta mesa N° 39 en las XIV Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres: la hicimos entre todas.

La musicología, Santiago de Chile y sus congresos de verano

Por Mariana Signorelli

 

El Tercer Congreso Chileno de Estudios en Música Popular estuvo organizado por la Asociación Chilena de Estudios en Música Popular (ASEMPCh) y tuvo lugar entre el 9 y el 11 de enero de 2019 en el Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile. En este caso, el tema propuesto fue “Género y sexualidad en  música popular: prácticas, articulaciones, disputas”.

 

La ASEMPCh fue fundada en Valparaíso en el año 2010 y está conformada por investigadores de diversas disciplinas de las humanidades, las artes y las ciencias sociales. El foco de la misma está centrado en los estudios de la música popular con el objetivo de difundir su conocimiento y su reflexión sobre los atravesamientos sociales, estéticos, políticos, artísticos, económicos, tecnológicos y pedagógicos tanto del presente como del pasado que las prácticas musicales y sus experiencias movilizan.

 

El comité académico estuvo integrado por Patricia Diaz, Silvia Lamadrid, Alex Zapata, Rodrigo Pincheira y Javier Osorio, y la coordinación general estuvo a cargo de Juan Pablo González.

 

En este tercer congreso la propuesta convocante abarcó diversos interrogantes y principalmente permitió vincular cuestiones de género con las músicas: “Buscamos escrutinios críticos que evidencien articulaciones entre sonidos y palabras musicalizadas con identidades de género. Nos interesa reflexionar y dar cuenta sobre expresiones musicales que desmonten imaginarios de dominación masculina-hetero-normativa o que estén en la línea (de) constructiva de géneros, sexismo y liberación sexo-identitaria. Nos interesa entender a la música popular como canal de disputa en los temas de género.”[1]

 

Luego de las cálidas palabras de bienvenida a cargo de Patricia Diaz Inostroza, Sebastián Kaufmann y del anfitrión Juan Pablo González, le siguió la conferencia inaugural a cargo del musicólogo español Julio Arce, cuya presentación fue titulada “Los besos exagerados y goces interrumpidos. Músicas para un cine reprimido”. Arce indagó sobre la relación entre la música y los sonidos en el cine en torno a la representación de la sexualidad especialmente en películas clásicas hollywoodenses de los años cuarenta y cincuenta, películas donde el sexo está sublimado, reprimido o dulcificado. Su más que interesante propuesta movilizó e impactó a las personas presentes positivamente, ya que significó el comienzo de un congreso que apuntaba a transitar, sacudir y revisar constructos y estereotipos de género y sexualidad en relación a los fenómenos musicales populares.

 

Durante los tres intensos días que duró el congreso hubo siete mesas plenarias y seis que se organizaron simultáneamente de a pares, dando un total de cuarenta y ocho exposiciones sumamente diversas y aglutinadas en los siguientes ejes temáticos:

  • Política y disidencia sexual.
  • Políticas de género (música y acción política).
  • Prensa, crítica y género.
  • Masculinidades y violencia.
  • Mujeres en la música popular.
  • Género musical y género social.
  • Performance, música y género.
  • Afecto y género.
  • Sexualidad y género.
  • Músicas tradicionales y género.
  • La voz, género y sexualidad.
  • Identidades y performance LGBT+ en música popular.

Si bien el congreso tuvo predominio de investigadores e investigadoras del país anfitrión, también se acercaron a participar otros/as provenientes de nuestro país, Perú, Brasil, España, Venezuela, Ecuador y México. Esta reseña estará centrada en la comitiva argentina que se hizo presente en el congreso, la mayoría de ellas, socias de la Asociación Argentina de Musicología, integrada por Mercedes Liska, Silvia Lobato, María de los Ángeles Montes, Angélica Adorni, Natalia Díaz, Mariana Signorelli, Marina Carrillo y Adriana Cerletti. Los trabajos que abordaron pusieron en evidencia cómo las cuestiones de género y sexualidad atraviesan los más variados objetos de estudio musicales y a partir de perspectivas también diversas como la musicología, la sociología del discurso, la semiología, entre otras.

 

Mercedes Liska participó de la primera mesa de la mañana titulada “Política y disidencia sexual” conjuntamente con Daniel Party, Aníbal Fuentealba y Adalberto Paranhos, presentando un trabajo sobre canciones que visibilizaron el lesbianismo en Argentina. Mercedes centralizó su reflexión en “Puerto Pollensa” (1980) de Marilina Ross y “María José (2013) de Paz Ferreyra/Miss Bolivia como dos ejemplos paradigmáticos y representativos de  la relación entre las carreras artístico-musicales y la propia sexualidad de las artistas, y cómo esto determinó su inserción al campo.

 

La mesa de la tarde se convocó luego del café alrededor del tema “Prensa, crítica y género”, y en ella, la colega Silvia Lobato compartió su trabajo “Mujeres músicas en La Mujer. Revista Argentina para el hogar (1935-1943)”. Sus reflexiones invitaron a pensar la relación entre las representaciones femeninas, las imágenes, la visibilización de las mujeres y los imaginarios socioculturales acerca de las intérpretes musicales específicamente en esos años qué tanto se ajustan, sugieren, sostienen, impulsan mandatos sociales  (maternidad, matrimonio, profesionalismo) y estereotipos de género. Silvia enmarcó su análisis en la crítica musicológica feminista desarrollada principalmente por Mc Clary, Citron y Ramos López para formular problemas que trascienden a los casos particulares, movilizando los estudios de género en general.

 

En la mesa paralela de la tarde “Masculinidades y violencia”, María de los Ángeles Montes presentó su ponencia “Masculinidades, pasión y violencia en las letras del cuarteto cordobés”. María de los Ángeles analizó cómo a través de las letras y de sus interpretaciones en vivo, los cantantes de cuarteto, en su mayoría enunciadores varones, contribuyen a exaltar y reforzar modelos de masculinidad donde las pasiones y la violencia se hallan normalizadas. En los bailes de la ciudad de Córdoba más de diez mil jóvenes se dan cita en este ritual de fuerte arraigo heteronormativo. En los casos que ella analiza -Chébere y La Mona Giménez-  el varón no es un varón que oculta las emociones sino todo lo contrario: padece sus sentimientos, es un apasionado exaltado y se comporta de forma violenta.

 

El día jueves a media mañana participaron en la mesa “Género musical y género social” coordinada por Adriana Cerletti, tres investigadoras argentinas: Angélica Adorni, Natalia Díaz y Mariana Signorelli. Angélica presentó un trabajo muy interesante titulado “En el baile de sirvientas hay un hada bienhechora: Ramona Galarza y sus discos de chamamé en Argentina (1958-1969)”. Focalizó su trabajo en las imágenes y diseño de las portadas de los discos de la cantante correntina y cómo dichas representaciones visuales colaboraron con lo que llama un mecanismo de “adecentamiento” de la intérprete y del género chamamé en general, ya que éste era asociado a la clase humilde y a un ámbito de desorden y promiscuidad. Angélica realizó un análisis interdisciplinar e intertextual que permite desentrañar la trama cultural y social en la que los modelos de mujer y los roles determinados como hija, madre o esposa eran impulsados por la industria musical.

 

Natalia Díaz se propuso la no sencilla tarea de analizar la relación entre “ser nacional”, masculinidad y heteronorma, entrecruzando nociones de la sociología del discurso, las teorías de la performance y su propio trabajo de campo en peñas cordobesas. Para este trabajo se enfocó en la danza folclórica zamba para ejemplificar lo que acontece en todas las danzas folclóricas argentinas: modos legítimos de usar el cuerpo, textos y sentimientos heteronormados. Ella señaló en su exposición que el ser nacional manifestado a través del folclore en sus canciones y danzas “no ofrece guiones para las subjetividades gays o lesbianas”. Por tanto, esos cuerpos son rechazados y no forman parte de la tradición nacional, de ahí el título de su trabajo “Bailar con otro tipo como que no da”, haciendo alusión a un comentario recogido en una peña donde se menciona que dos amigos varones no pueden -ni deben- bailar zamba juntos.

 

Mariana Signorelli inició su ponencia preguntándose si en la danza argentina malambo  hay elementos musicales, expresivos o simbólicos que la determinen como una práctica exclusiva de los varones. Esta danza fue canonizada como estereotipo masculino y nacional pero sin embargo, Carlos Vega ha registrado mujeres zapateando malambo. Hay en el trabajo presentado un análisis de la trayectoria retórica del género hacia el caso del Malambo del ballet Estancia de Alberto Ginastera, entrecruzando nociones de la perspectiva representacional de Marin y Chartier y de la musicología feminista crítica de Mc Clary y Citron, que permiten pensar las imágenes y transfiguraciones de esta danza en torno a olvidos, ausencias, exclusiones de las mujeres en este género.

 

Luego del almuerzo, en la segunda mesa sobre las “Mujeres en la música popular” presentaron sus trabajos Marina Carrillo y Adriana Cerletti. Marina expuso su  ponencia “Carmen Guzmán y la canción sin palabras. Un análisis intertextual y de género en la obra para guitarra de la compositora.” En ella propuso un acercamiento a la obra de esta compositora mendocina que no está lo suficientemente difundida ni estudiada. En este trabajo además de acercarnos a revalorizar la obra de Guzmán, mayoritariamente integrada por canciones, analizó su complejidad compositiva que deambula entre músicas populares y académicas y las dificultades técnicas para interpretarla. Marina nos aportó sustanciosos cruces teóricos de aproximación a la temática de género.

 

“Lo femenino y lo masculino en las milongas rioplatenses de 1910: estereotipos y disputas” fue el trabajo presentado por Adriana Cerletti. Adriana se focalizó en las músicas populares cifra y milonga y se propuso pensar los roles femenino-masculino en el género milonga y en la performance payada siguiendo los planteos de Mc Clary en el contexto del imaginario de Estado-Nación argentino. Así, puso en evidencia una tensión: la cifra que precedió a la payada como forma de acompañamiento es considerada “viril por naturaleza” por varios autores, entonces en contraposición, la milonga sería ¿lo femenino? El dilema queda explicitado por Adriana: La representación y asociación de la milonga con lo sensualmente femenino parece no poder explicarse en el contexto heteropatriarcal y los ideales de masculinidad que se proyectan en estas músicas.

 

La conferencia performativa de cierre “Acciones y reflexiones en relación a la voz femenina desde la propia práctica sonora” propuesta por Ana María Estrada nos interpeló y conmovió fuertemente. La artista chilena que actualmente reside en Barcelona presentó una obra performática que incluyó canto, movimientos, relatos al oído y finalmente la explicación de su tesis y su trabajo de campo en Europa. Ella centra su quehacer artístico en la realización de acciones donde conjuga la exploración sonora de la voz, las maneras de decir, contar, narrar, transmitir las palabras en tanto signos culturales, corporales y fenómenos sonoros y vincula dichas prácticas con las teorías feministas –Butler, Lagarde-. En el caso de la performance vivenciada, varias performers colaboradoras transitaron el espacio del público y se acercaron a los oídos a susurrar casos reales de violencia de género y de femicidios mientras Ana María cantaba. Luego de largo rato y de haber escuchado un par de casos, fue imposible permanecer inmunes, algo empezó a pasarnos: el susurro nos penetró en la piel, las palabras nos afectaron corporalmente y nos invadió una fuerte sensación colectiva de sororidad.

 

Además de la excelente recepción de todos los colaboradores y organizadores del congreso y de la universidad es para destacar especialmente la disposición de Patricia Díaz Inostroza (Presidenta de ASEMPCh), Juan Pablo González, Lorena Valdebenito, Paloma Martin, entre tantos otros colegas chilenos que atendieron a que todas las personas que nos acercamos y asistimos a este congreso nos sintiésemos realmente cómodas y bien. Los cálidos y amenos recreos, los almuerzos en el comedor de la universidad y las propuestas musicales nocturnas permitieron conocernos y estrechar lazos; y la cena final en aquella terracita santiaguina compartida con colegas sirvió de cierre a un congreso que quedará en la memoria por los sustanciosos intercambios académicos, la confraternidad y la sororidad entre los musicólogos y las musicólogas que participamos.

 

[1] Programa del Congreso pp.3.

Con color local. Reseña del disco “Eco de mi voz” de Viviana Dal Santo

por María Sol Causse[1]

 

El mundo queda en vilo frente a esa horqueta de senderos,

que se reitera inexorable. 

Edgardo Morisoli, La Lección de la diuca

 

Quien encuentra su propia voz, lo ha entendido todo. Todo acto artístico se funda en una búsqueda que en sí, conforma un desafío y una aventura: soy los que han sido y soy yo, en este hoy, en esta tierra.

 

Con el apoyo del Instituto Nacional de la Música (INAMU) y de la Editorial Voces, la docente y compositora santarroseña Viviana Dal Santo -en su primer álbum de creaciones propias- nos invita a redescubrir las querencias de la Pampa, con sus paisajes y sus silencios, con sus aromas y cantos. Es “Eco” de la belleza de la laguna y su reflejo de la luna en una noche taciturna; del amanecer, con el suave canto de la Diuca y el perfume del bosque de eucaliptus; de la melancolía de la tierra y un patio, que representa los sentires durante la infancia.

 

La singularidad de las obras que integran este disco radica en la confluencia del delicado tratamiento de materiales provenientes de la música contemporánea con aquéllos de fuerte identidad folclórica, en función de un todo discursivo que se erige como símbolo de pertenencia local. A nivel instrumental e interpretativo, aquéllas son, en su mayoría, pianísticas y otras, para clarinete solo (Camilo Sánchez), flauta sola (Juan Cruz Portillo) o dúo —canto (Martín Peluffo), violín (Enzo Ludueña) o flauta y piano (Verónica Baraybar Viviana Dal Santo).

 

La exploración tímbrica que realizan fundamentalmente los vientos —exploración que, por momentos, emula a elementos de la naturaleza—, el juego armónico de búsqueda de efectos que se perciben como luz y oscuridad, el nostálgico diálogo melódico estriado de reminiscencia autorreferencial y la rítmica- a veces velada- de la milonga campera, hacen a la esencia propia de un estilo personalísimo de fuerte raigambre regional.

 

La admiración por los poetas de su provincia dieron origen a “Canta para que amanezca”, que se inicia con el poema “La lección de la diuca”, de Edgard Morisoli, recitada por él mismo y acompañada por clarinete. “De la nostalgia” y “Siempre el canto vuelve” constituyen dos musicalizaciones de poemas de J. C. Bustriazo Ortiz, (gran poeta santarroseño) quien supo pincelar sensiblemente lo ancestral, lo existencial, la soledad, e infinitud de la Pampa.

 

“Ecos de mi voz” es, entonces, una forma de experimentación y autoconocimiento. Es un camino en el que resuenan, a cada paso, palabras, lugares y experiencias del folclore, elaboradas, evocadas y resignificadas desde un lenguaje musical contemporáneo que caracteriza a una de las más profundas y notables compositoras Argentinas del siglo XXI.

 

 

[1] Viviana Dal Santo:   Prof. De Artes en Música (CREAr), Técnica en Arreglos Musicales (UNL, Santa Fe) y Licenciada en Teoría y Crítica de la Música (UNL, Sta. Fe).  e-mail: vivianadalsanto@yahoo.com.ar Youtube: Viviana Dal Santo

María Sol Causse: Profesora de artes en Música (Conservatorio de Música de Bahía Blanca). Profesora en Lengua y Literatura (Instituto Superior Juan XXIII) y Licenciada en Teoría y Crítica de la Música (Universidad Nacional del Litoral). E-mail: masol_ca@hotmail.com